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sábado, enero 19, 2019

No hay tiempo

No hay tiempo

Tan viejas y lentas se hicieron las horas, 
que desde su muerte vestida de vida 
lloraban los vientos espacios perdidos 
la agonía obligada a ser compartida.
Y en la zapatiesta de idos recuerdos, 
se morían las cosas pensadas de siempre
que no fueron hechas, y el hábito nulo 
de estar lamentando olía al perfume
de las obras muertas.
Entonces no hubo manera posible 
de curar el álgido ambiente de vientos,
de muerte y de angustia... 
de aleteos perdidos y disertaciones opacas y mustias. 
No había el espacio para orear los sueños 
y las ígneas horas consumían infames,
lentas y pesadas lo que aún quedaba... 
El hedor a muerte, lo invadía todo 
y se hacía más denso.
Tan viejas y lentas se hicieron las horas, 
que en la loca angustia compartida a medias, 
murieron de miedo recuerdos 
de siempre y hábitos hechos. 
La agonía incisiva un día compartida 
se nos hizo férrea, como aguda arista, 
filosa y dañina... y flagrante huyó, 
¡colmada de vida!

Rufina



Gracias por estar

Gracias por estar  

Ayer tuve muchas razones para equivocarme, aunque hoy, después de la inicial confusión de muchos años, ya no tengo motivos para justificarme. He vivido tantas y tan variadas situaciones durante todo este tiempo jugando a estar viva, que en su momento, las interrogantes fueron tantas que fue muy cómodo intentar convencerme (y lo logré) de que no existían, antes de asumir lo que me iban a lastimar las respuestas. Nunca tuve tiempo para mirar hacia arriba.  Nunca tuve tiempo para ser yo. ¡Siempre viví por y para los demás!
Pero "nada hay oculto que no haya de ser manifestado, ni escondido que no haya de salir a la luz"... Y habiéndolo añorado, aún me sorprendió redescubrirme tan de pronto, y encontrar el valor de hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, no lo hice sola.  No puedo de ninguna manera jactarme de eso y no quiero, porque mi naturaleza dejaría de ser si cometiera semejante barbaridad. Gracias, amor bueno y limpio... ¡Gracias por estar hasta que sea!

De ti aprendí (en este proceso que pensé iba a ser más doloroso) que siempre hay sol mañana; que a los gatos no se les acaricia a contra pelo; que a todos nos duele cuando nos pellizcan; que el descuido deteriora al espíritu tanto como al cuerpo; que llorar cuando se tienen ganas y sin razones, es la mejor medicina para el 
sufrimiento; que no se puede dejar de escuchar al corazón cuando nos habla; que los riesgos son necesarios para ganar cualquier batalla; que el miedo es el peor enemigo del crecimiento espiritual; que deprimirse puede evitarse encontrando quien nos apoye;  que quien no nos quiere no nos merece; que quien no se pierde 
nunca llega a ningún lugar; que hay siempre alguien con mayor necesidad que uno; que el mundo no fue creado en diez minutos ni será destruido en cinco; que lo que más creemos conocer es lo que menos sabemos; que convicción sin acción no basta; que el amor muere por abandono; que nadie se muere por nadie; que esperar a mañana no nos permite disfrutar el hoy; que nuestras posibilidades reales no se limitan a nuestra capacidad física; que cuando se quiere se puede; que se debe querer siempre; que lo único que realmente te pertenece es el conocimiento; que un diploma no te hace mejor ser humano; que lo que crees tuyo ciertamente no morirá contigo; que nadie es indispensable; que los contratos se crearon para ser rotos; que ninguna idea es real sino se desarrolla; que las metas se trazan para alcanzarlas; que si hay una piedra en tu camino y eres incapaz de moverla, siempre puedes saltar sobre ella; que la fe sí mueve montañas; que la ignorancia es pecado; que el respeto de los demás comienza donde termina el tuyo; que el tratar de complacer a los demás es siempre inútil; que si no eres feliz es por tu discapacidad de amarte; que lo que debes a otros no es solo lo que te han dado; que lo exterior no es importante; que tus pies para caminar siempre se colocan uno frente al otro; que los temores todos son infundados; que la montaña se hace más alta cuanto más cerca estamos de la cima; que no hay justificaciones para el resentimiento; que ninguna experiencia se repite; que una sonrisa siempre es devuelta; que la compasión es lo que cierra la brecha entre la adolescencia y la vejez; que no es importante lo que piensas si no lo tienes en tu corazón; que el empeño determina tu triunfo; que la excelencia no se improvisa; que el luto no debe existir; que no debe detenerte el tiempo ni la distancia; que mañana no existe; que alucinar sobre el futuro destruye; que la humildad no se puede fingir... ¡Que hay que celebrar la vida! ¡Con todas sus consecuencias!
¡Con todas sus consecuencias!

Rufina


Fractura - @@@

Fractura

Un golpe de tinieblas azotó su conciencia 
adormeciéndola, minimizándola. 
Cubriendo en cada sombra su visión 
su deseo, pasión y sus luchas. 

Las razones de su vida ennegrecieron. 

Haciendo inútil su esperanza, partiéndola 
a medias resquebrajándola, rasgándola. 
Hasta que casi solo quedaron hebras 
deshilachadas, como trapo viejo. 

Las razones de su vida ennegrecieron. 

Ni siquiera las tinieblas fueron suficientes 
Cuando el dolor le despertaba 
y removía las raíces desenterradas. 
Cuando las razones de su vida iluminaron
al fin más fuertes que las tinieblas. 

¡De repente todas las razones iluminaron! 
Un golpe de tinieblas azotó su conciencia 
para que las razones adquirieran luz propia. 
Las mitades se reconstruyeron, se rehilaron. 

¡Todas las razones de su vida iluminaron 
ni siquiera las tinieblas fueron suficientes! 
¡Los azotes no fueron suficientes! 

Rufina



Desde mí

Desde mí 

Cuando abrí los ojos se me llenó la vida.
Entraba luz a los rincones de mi mente...
Después de una gran noche en nada.
Noche de ojos cerrados e inconsciencia,
de muerte disfrazada que respira
como tenebroso miedo que desgarra.
No me gustan las noches ni los sueños
por lo que de inútiles tienen y traidores.
No sabemos si el inconsciente
obtuvo algo terrible en los rincones,
o si al descuido, malicioso,
olvidó herido de odio sus dolores.
Recibí la luz, e inmersa en su tibieza
me deshice, fragmentada por los rayos
y como vuelo de aves al alpiste.
Se fue la noche lejos, sus oscuros rincones
y sus tenebrosos miedos escondidos...
¡y se llenó de vida la mañana!


Rufina

Que todo caiga

Que todo caiga

Esperar que todo caiga por su peso, resulta en extremo cómodo cuando el miedo nos petrifica, deteniéndonos... Pero esperar teniendo clara conciencia de que tememos, es irresponsable e imperdonable, porque no hay justificación alguna para no ver mientras estamos mirando y no aprender de lo que claramente se nos está mostrando. Lamentar el resultado de la espera pensando en lo que no fue, resultaría en una redomada estupidez... de esas que repetimos constantemente, creyéndonos los dueños de un espacio que no nos pertenece y al que no le estamos agradecidos a pesar de que toda una vida está manteniéndonos.
Confrontarnos a nosotros mismos es el miedo que nos detiene, porque nunca llegamos a conocernos realmente, intentanto ocultar la miseria que nos prejuicia y nos lleva a negarnos oportunidades hermosas, que terminan siempre en las dolorosas enemigas que nos destruyen: negación, frustración y rencor; consabidas consecuencias del no haber aprendido a ver lo que se nos ofrecía vivir en su momento. No podemos negarnos que tenemos lo que hemos querido... siendo que jamás nos atrevimos a luchar por lo que quisimos.  Por eso el quejarnos no es salida, y el intentar volver a atrás solo nos dejaría con el amargo sabor del cruel fracaso y la constante frustración de haber perdido nuevamente el tiempo.

Rufina

VIII

VIII

Esperaba que un rayo partiera el horizonte.
Como esperar que el tiempo dejara de ser frío
o la lluvia dejara de azotar a las hojas...
Como querer que el beso se borrara del alma
o que las oraciones no llegaran al cielo. 
                                                                           
Cayeron en mi espalda las voces de añoranza
y levantaron solas agonizantes karmas...
aquellas que de amor fueron hechas eternas,
¡y mis manos hablaron las calladas verdades!
Lo poco de razón rompió con fieros golpes
y vida hizo nido en el árbol de olvidos...

Como queriendo abrir los viejos corazones
tan llenos de agonías y terribles rencores.
De pronto las caricias dejaron de ser ciegas
y se llenó la ausencia de formas y colores.
Y corrieron mis dedos la inerte superficie,
como buscando solos en formas invisibles...
como palpando solos dolorosos amores.

¡Ah, qué de muertes llenas de las cosas queridas!
¡Que de tiempos de fríos llenos de tesoros!
¡Qué alegría en el alma poder hoy revivirlos!
Y como todo cambio con dolor en el hecho,
se abrieron mis rincones para parir más sueños
en un tiempo en olvido por motivos cansados...
en un lugar besando los ecos provocados
por los fuegos gastados de dolidas sonrisas.

Esperaba que un rayo partiera el horizonte
creyendo que los truenos podrían llegar huecos...
pero llegaron llenos y despertaron cielos
y mares y montañas... y tormentas y ríos...
¡Qué alegría del alma poder hoy revivirlos!

Rufina

Quítame

Quítame

Créeme en las nubes, no me pienses.
Mírame en el viento y las tormentas,
en las aguas turbulentas y en las ramas,
en los hilos de tierra cultivada.
Quítame el color mustio de la piel...
el olor a paredes mal mojadas,
a papel podrido, a renuncias...
¡y cúbreme de cielo las esperas!

Búscame en la lluvia de tus noches,
en las torrentes que arrastran a la tierra;
en las pasiones locas, en la guerra...
¡Tócame con tu calor la cara!
Estimula la paz de mis secretos,
de las pasadas luchas, de las ganas...
¡y cúbreme de cielo las esperas!

Créeme en las nubes, no me palpes...
no me pienses el mustio de la piel 
ni la humedad de las paredes,
¡mírame en el viento y las tormentas!
Búscame en los hilos de tierra cultivada
¡y cúbreme de cielo las esperas!

Rufina

Casi

Casi

Sí, casi que me desdoblo, que me quemo, que gravito...
Casi como que desgarro esta carne donde habito
sin haberme expandido y sin saberme presente.
Casi que mis pies se alzan, que mis manos dan alcance,
casi que el viento me rompe los prismas de la conciencia.
Sí, casi que remonto vuelo, que paro cientos de hijos,
que se me pierden los sueños y se fermenta el aliño
que adornó con sus perfumes mis días de adolescente.
Casi que no me acomodo, que no me incita la aurora,
que no recibo si pido, que se secan las raíces...
¡casi que dejo ir los frutos que costaron una vida!

Casi que me estoy de pie, que no existen los ahora,
que me vuelvo a desdoblar, que mi cielo desvanece.
Casi, casi, me estremece el dolor de no encontrarme;
casi me abandona inerte, casi contamina el alma...
y entre ausencias y distancias, casi me hago cobarde.
Casi que al fin me sacudo, casi que abro los ojos...
casi que veo el camino sin luces de fantasía.
Sí, casi que no lo celebro por miedo a hacer el alarde;
casi que pierdo la llave para abrir los mil cerrojos
que me hicieron como noches lo que era aún de día.
Casi que gravito y me quemo, casi que ni siento, ni veo...
Casi que se caen las hojas, casi mis raíces mueren...
Sí, casi me consume el tedio, casi me mata el hastío,
hasta que casi me encuentro, y entre que pierdo y no pierdo,
casi me siento tan cerca, que casi mis manos sienten
cuando en el vuelo sin alas, casi soy algo más mío.

Rufina

Y punto

Y Punto

En breve, nerviosa movida, cuidando de sus fragilidades, curioseando entornos, buscando sorpresas, alerta...Pareciera estar jugando al escondite con un gato goloso a punto de ingerirle.
No es fácil cuando la energía se agota y el cuerpo cede.No es fácil cuando el aliento fatigado deja vulnerable al espíritu. Entonces parece inútil moverse, luchar, esconderse... y en las huídas instintivas se desvanece el propósito.
Casi desaparece.
Como si ni siquiera el amor fuera suficiente.
Como si la energía del sol incumpliera su misión renovadora o el agua se negara a humedecer las vulvas y hacerlas receptivas a la cimiente viva.
Al fin que no hay sino dos opciones a todos los extremos y es que mueres o vives y punto...
Como si miras o te ciegas, caminas o te detienes,
levantas o caes, hablas o callas, aceptas o rechazas,
te reafirmas o niegas... 
Amas u odias... 
¡Y punto! 

Rufina

El Culpable


El Culpable

Se hizo cobarde, corrompido y moribundo, como blasfemia al intelecto y a la vida. Ufano merodeó los horizontes y de soslayo escondía las manos... del delirio en la locura, vacilando en la oscuridad como perdida huída del reloj resquebrajado. Se hicieron sus amores rastreros, tapados con las sombras del centro del suelo. El llanto por la muerte se oía de lejos y escondía en las piedras la sapiencia de los brujos, que volando llegaban en el color de miel de sus rayos, engañando a los hombres sin reparos. Culpable de la urgencia de la huida, asumió blasfemando sus infiernos, queriendo recompensar la herida que dejó con sus manos, cuando rompieron los amores del delirio en la locura. La cobardía perdió las razones y destruyó los corazones viejos, doloridos... Moribundo se arrastró a los horizontes buscando el perdón del intelecto corrompido y el consejo de la sapiencia de los brujos...
¡Como si la vida fuera dueña de los hombres! Los amores tapados del centro del suelo surgieron destruidos, sin esperanza alguna de llorar la muerte y engañando a los hombres sin reparos, se mantuvieron de pie, tristemente desnudos... suspendidos...buscando a los culpables del delirio y siempre inertes, tomaron el reloj resquebrajado.

Rufina



Enséñame

Enséñame

Me tienes que enseñar a ser más fuerte...
a no permitir que tu dolor me duela,
a asumir que el futuro sigue estando distante
y a no buscar respuestas a preguntas absurdas. 
Enséñame a entender que no te tengo,
a que esta distancia se hace más pesada
conforme alarga el tiempo de la espera
y nos lastima este morir la vida ausentes. 
Enséñame a olvidar lo aprendido
y borra los latidos de las huellas 
que pusiste en mi piel cuando llegaste
y que son la razón de mi locura.
Y en este camino a ningún lado,
enséñame a matar las esperanzas,
a olvidar los abrazos que no diste
y a cerrar sin tus besos el pasado.

Rufina


Fragmentos

Fragmentos

Creí que recordaba.
En esa nebulosa 
visión de pasados
distinguí una imagen
mirándome de lejos.
Rasgos, mezcla de caras, 
sureal espejismo, 
ruidos, olores, viento, 
colores... alguna voz 
perdiéndose lejos,
cerrada la ventana 
de la cortina blanca.
Amarillos brillosos
cerrando los caminos.
Rayos marcando huecos,
lluvia soñando amores 
escondidos mojando 
mi frente desvelada.
Creí que así vivía,
sobre empujes erráticos
viento bajo la hierba
mojadas ilusiones,
los recuerdos pegados
a la piel como imágenes,
envisionando pasados
alcanzando espejismos
llenándome de olores,
perdiéndome la paz 
sin rayos ni nubes 
y mojada en amores.
Creí que recordaba
la voz de la ventana
y me tocó la luz,
limpiándome la frente 
con la cortina blanca.

Rufina

viernes, enero 18, 2019

De igual manera

De igual manera

¿Quién permanece por gusto en la agonía 
de conocer que el paso de los días
solo hará más vacía y más amarga
una vida de infierno con las largas
esperas en mil noches sin poesía?
¿No es el amor lo que sostiene
cuando el latido de las sienes
se hace más fuerte y doloroso
en cada encuentro tormentoso
soñando noches de placeres?
Y no es normal a todo el mundo
el amor que se vive sin tocarlo...
Pero es tanto el corazón y tan confuso,
que nada extraño es que profundo
se arraigue una ilusión para llenarlo.
Importante es que la muerte que se espera 
mientras no existe una quimera,
desaparece al acto en el momento
de llegar a la vida quien nos quiera,
quien alivie el dolor de los tormentos
y se deje querer de igual manera.

Rufina

Quien eres

Quien eres

Lo cierto es que podría importarme muy poco
quien eres tú sin nombre y sin pasados...
Quien eres de ayeres de niebla y opacos...
de hoy sin sentido y de mañanas invisibles.
Quien eres sin rostro y sin sonidos,
quien eres de irreales sueños, inexistente...
que de momento tocas rompiendo inaudible.
Lo cierto es que no estaba pensando en escucharte
y de pronto llegaste sin ser un invitado...
Quien eres ya no importa y tampoco tu nombre...
quien seas has llegado y has llenado un espacio.
Quien eres de preguntas y de respuestas mudas,
que no vienes vestido ni de mujer ni de hombre...
que de momento importas y rompes el silencio.
Lo cierto es que ya no eres un poco de importancia
y no eres tampoco un pasado sin nombres...
Quien eres ha llegado a un corazón dolido,
que hizo visibles las mañanas sueños irreales.
Quien seas tocará con la voz inaudible
y romperá respuestas de ayeres sin sonido...
Lo cierto es que no importa lo que era importante.

Rufina

Gotas II

Gotas II

No logran caer al suelo;
suspendidas en el trayecto 
                         se evaporan.
Alguna temeraria, 
sobre una hoja se hace miles,  
y su frescura desaparece
en su propio peso.
Apenas bajan, 
se descomponen perdiendo forma
se devuelven hacia el espacio 
recién dejado.
Yendo a la inversa 
quizás encuentren 
la fortaleza que necesitan 
y se haga posible el reintegrarse 
                        a su Universo.

Rufina

A Ingrid Guzmán

A Ingrid Guzmán

No existe luna lejana, 
ni distancia a las estrellas
para la mujer entera 
que en Ingrid se manifiesta.
Tiene la frágil hechura 
de la mujer delicada 
que sabe de mil ternuras;
la sonrisa amplia, honesta...
y en sus ojos se refleja 
la picardía coqueta
de la mujer que se sabe 
dueña de todas sus metas.
Le adornan entre otras cosas, 
la bondad y la dulzura
y es generosa al momento 
de mostrar sus emociones...
de manera que no es raro 
que a este punto de su vida,
no haya llegado un valiente 
a componerle canciones.
Y aunque no necesita 
el apoyo de quien quiera 
hacerle tal vez, la guerra,
le pido a Dios que bendiga 
a esta mujer integral
con un ser que sea su igual,
que la estime y que la ame...
y valore la hermosura
de su clara honestidad.
Y agradezco desde el alma
tener la oportunidad
de gozar la bendición 
de haberla conocido,
y que sin verdad a medias
pueda tener en mi vida,
ese tesoro invaluable
que es su sincera amistad. 

Rufina

Fantasma

Fantasma

Guirnaldas de luciérnagas adornan
sus cabellos hilados de plata.
Mágica aparición perdida de noche 
en la verde espesura,
como un duende grande que sale a buscar
estrellas que bailan sus alegres brillos.
Su figura viste con falda de rafia,
cintas coloridas y flores robadas;
se calza alpargatas y come ilusiones
con el tiempo eterno que nunca le alcanza.
Todos la describen, no la ha visto nadie
y escuchan sus pasos cuando llueve fuerte.
Dicen que en el rostro lleva la sonrisa
de quien no ha perdido ninguna esperanza
y espera paciente que llegue la muerte. 

Rufina

Sueños necesarios

Sueños necesarios

Un sueño es la manera en la que el alma
manifiesta la esperanza de un mañana.
Un sueño siempre envuelve una promesa
en la intrínseca intensión de su grandeza.
Es esencial soñar porque nos llena
de la fuerza que mueve nuestras vidas,
nos provee la visión de los futuros
y en medio de luchas y de penas,
nos provee voluntad para vivirla.
Un sueño es lo que mueve al Universo,
lo que ha hecho que los hombres civilicen,
desarrollen maravillas y encuentren
el lugar apropiado para echar sus raíces.
Los sueños envuelven el empeño
y el camino a seguir hacia una meta,
como es de los que, faltos de cordura,
jactanciosos construyen enormes atrios
donde pavonean de su sapiencia,
y al final de sus días de vana gloria,
termina apabullada su grandeza.
Un sueño, al final, nos hace humildes,
agradecidos de estar en este espacio
donde la puerta siempre espera abierta
a que curiosos lleguemos y despacio,
nos permitamos crecer y hacernos sabios,
Un sueño es la manera en la que el alma
manifiesta su esperanza de un mañana
y ese regalo hermoso nos es dado...
¡para hacer realidad lo que soñamos!

Rufina


Otoño

Otoño

Se mueven, se revuelven, 
Se mezclan, se alborotan... 
¡Intento infructuoso el negarse a morir!
Ráfagas sacuden, tuercen y someten... 
como si castigadas 
se hicieran obligadas a la danza asistir.
De la nada acompañan 
la lágrima de doncella... 
acabada y la dura espera de la caída.
Se mueven, se revuelven, 
se mezclan, se alborotan, se sacuden, 
se tuercen, caen. 
Castigadas se someten... 
acompañadas por lágrima; 
¡y obligadas, asisten a la danza! 
¡Triste intento infructuoso el negarse a morir!
Frío muerte marchita la arrogancia. 
los ocres y morados rebeldes se resignan.
De la nada acompañan 
la doncella acabada 
y... la dura espera de la caída; 
¡para asistir a la danza!
No sin dejar de moverse, 
revolverse, alborotarse, torcerse, 
sacudirse, rebelarse, caer... 
negarse, mezclarse, llorar castigadas, 
someterse obligadas, y arrogantes... 
¡Negarse a morir! 

Rufina

Temo y amo

Temo y amo

No alcancé a ver las aguas 
que mojan tus faldas.
El viejo de barbas blancas 
(eterno enemigo del hombre), 
alcanzó a vencer mi sueño.
No sé por qué  le temo a tus aguas, 
¡si es que las amo tanto!
Bravura salvaje de hondos misterios 
y ricos tesoros... 
inmenso padrote de tus entrañas. 
Devorador de hombres.
Amado espejo del cielo,
que una vez acarició  mis carnes 
despojadas de vergüenzas 
(cuando aún era joven).
Cuando aún era joven volveré al desafío 
y temeraria, 
¡Mojaré en él mis pies! 

Rufina

Sueño con volver


Sueño con volver

Sueño con volver, igual que todos... 
a aquellas perennes líneas de montañas, 
a las aguas termales de mis playas, 
al dulzor de la sombra de mis palmas...
Sueño con volver y oler la tierra 
que la lluvia golpeó inmisericorde 
en las tardes naranjas de horizonte, 
en las mañanas blancas de esperanza.
Y volveré a comer de los frutales, 
caminando los riscos florecidos; 
y volveré a llenarme los pulmones 
del eterno cantar del claro río...
Sueño con volver y no me muero 
sin rodar las arenas bien doradas 
por el sol, astro eterno de colores, 
que comadrea prismas en las charcas.
Y volveré a dormir en la frescura 
de la cuna de hojas del gran árbol, 
que una vez escuchó de mis silencios 
y arrulló en sus raíces mi cansancio. 


Rufina

PARAFRASEANDO: LA NOCHE

PARAFRASEANDO: LA NOCHE

Llega el reposo
después del grito
cuando se funden 
la oscuridad, la fronda,
el silencio profundo,
el camino entre grietas...
                    y la noche.

Robado el nombre al origen,
diversificadas las cosas,
se funden lo ínfimo
y lo sagrado
en el juego único

que designa
la perpetuidad de un nombre
                    sin silencios.

©Rufina

Tormenta

Se mueven grises, cargadas... 
su peso aumenta 
con cada ráfaga de viento: 
la estratósfera cuaja barrunto.

Mirando desde abajo
se idealizan razones
para justificar indiferencia.
Cargadas de tragedia
predicen golpe de agua...
se estremece la Tierra
al azote de truenos,
se tornan negras
          -fiero el barrunto-
que anuncia lluvia.

Nadie imagina.
El peso es insostenible...
              ¡Se desgarra el cielo!

©Rufina

la noche


La noche callada,
cómplice apacible.

Silenció cansado
el canto de grillos,
caricia de brisa
refrescaba sienes,
la danza de hojas
hizo eco al ritmo
-llantos y suspiros-
de cuerpos desnudos.

Un beso de luna
iluminó los rostros.

Gotas de rocío,
lágrimas, sudores,
se vertieron ciegas
junto a las estrellas
a un solo grito...

La noche, apacible,
cómplice callada.

©Rufina

Hablemos


Hablemos

Como si cualquier cosa pasara inadvertida
ante el agudo ojo de quien no acepta engaños,
recontemos las horas que se hicieron tan cortas
entre descubrimientos, espontáneas sonrisas,
historias de años idos, mil comunes carencias,
esa angustia incesante de imaginar mañanas
y el dulce compartir de inacabables sueños.

Recordemos las manos que nunca acariciamos,
los ojos amorosos que jamás nos miraron,
labios sin dejar besos sobre otros tibios labios
los brazos que llenaron vacíos con impaciencias.

Como si cualquier cosa pasara inadvertida,
hablemos de aquél llanto inesperado, intenso,
que nunca comprendimos y nos hizo pequeños.
De las cosas sencillas que siempre nos negamos
cubriendo realidades con un manto de niebla
justificando engaños por no hacernos culpables
inventando futuros como queríamos verlos.

Recordemos las horas que desaparecieron
para encontrar la forma de reinventar la vida
y la mejor manera, poniendo el alma en ello,
retomando caminos al punto de partida.


©Rufina




Diciendo

Diciendo

Mi más secreto amante me retiene atrapada,
me abraza desde el alma con fuerza, posesivo.
Me ha pedido unos días e incapaz de negarme
he accedido a sus ruegos; me he entregado toda
al vórtice que es magia al estar en sus brazos,
inventando maneras de amar que nadie sabe
y bebiendo del néctar candente de sus labios.
Mis amantes -los otros-
saben perfectamente el porqué de mi ausencia
y que nunca me sacia la pasión de ninguno,
pero que igual me llena enredarme en sus lazos
y encontrar la manera de dedicarme a todos...
Ahora es el más joven quien me pide insistente
mantenerme a su lado y los demás se callan,
aceptando conscientes que estarán todos juntos
al final, en mi espacio.
¡Todos son tan hermosos!
Estoy enamorada y cada descubrimiento
de una nueva faceta me lleva hasta el desquicio,
me salva de la muerte vivida cada día...
Pero entre los hilos, las notas que se mecen,
los colores que arranco en un reto al vacío,
las letras del pasado asumiendo presentes,
no tengo vida plena sin alguno a mi lado.

©Rufina




Se ha perdido un poema

Se ha perdido un poema

No recuerdo el momento:
quedaron en mis manos los vacíos de angustia
y la búsqueda inútil para encontrar la nada...
El sonido armonioso, cadencias sensuales,
exactas medidas y el sentido perfecto;
dulzura, coraje, pasión y rabia...

Desesperó la urgencia revolviendo emociones,
provocando latidos que nunca hubo en el pecho,
desgarrando gargantas, flagelando conciencias,
deformando visiones;
convirtiendo en mentiras lo que siempre fue cierto
y cerrando caminos a los pasos de un sueño.

Lo querido fue odiado, lo propio perdido,
ideas olvidadas por razones triviales,
amores reprimidos por heridas inciertas...
Se perdió el poema
en inercia, olvido, miedo y amargura;
en voces acalladas que odiosas solaparon
el fatal desenlace.

Rufina

Insuficiente


Insuficiente

La eterna queja que acongoja al idiota, 
idiotiza al más sabio y destroza la vida.  
Por corta o por escasa, la habilidad de alcance 
se nos pierde en pensarlo por temor a decirlo 
y en la honda comisura de desgastados labios 
-pensando suficiente el tener que quererlo- 
se nos quedan las ganas de encontrar el hacerlo.
Toda esperanza inerte sin notarlo fermenta 
y la queja se infla de inventados rencores justificando miedos en el alma prendidos, 
esperando encontrarnos por el mismo camino 
algún idiotizado que se crea perdido 
y que no ha terminado por re-andar sus pasos. 

©Rufina

Despertar 2

Despertar

La última nevada se ha tornado sol deslumbrante
que no pide permiso para invadir mi almohada.
Hiere los ojos que aún no abro,
toca mi rostro como caricia tibia,
tan intensa que no sé si lastima.

Afuera los ruidos hablan de llovizna evaporada,
de pasos ligeros y sorpresivo espanto.
Cada cosa cuenta una historia diferente
y cada niño, mujer u hombre,
tiene una manera diferente de entenderla.

La frágil capa de hielo acaba por desaparecer
y las flores agradecen la luz que la derrite...
yo no le di tiempo.
Mi rostro quedó igual.
                    Afuera los ruidos hablan.


©Rufina

Indescifrable

Indescifrable

Espanto o espejismo; 
la mano borró una sonrisa
entre vapor y humo,
quebrándose en el beso la voz,
el pecho en los suspiros...

Los labios se hicieron transparentes,
a sangre supo el llanto
en los brazos extendidos
que no gritaban urgencias.
Resucitar fue necesario.


©Rufina

Aquella noche

Aquella noche

Llovía 
y el opaco cristal de la ventana
miraba hacia la puerta de salida
sin saber si ibas o llegabas,
si podría sostenerte la mirada
o se haría pedazos, dolorido.

No sabía
si distraído escribirías mi nombre
en su gris empañada superficie,
buscarías de mi cuerpo el reflejo
en agónicas luces escondidas
o no te darías por aludido.

Llovía...
en la noche, se le hacía la espera 
más amarga en la estática quietud
que el húmedo frío-calor empañaba.
A la puerta de salida dirigía la mirada
sin saber si llegabas o te ibas...
si la mortecina luz de tonos grises
detrás de ti con dolor se apagaría.

©Rufina

Desconozco

El mudo vibrar de piel
llega hasta los huesos como garras, 
                        abriendo
                            rompiendo.

Insensible punzada de tiro certero
sin origen propio o definido blanco,
lacerando espacios, revolviendo hiel.
Su frío expande y su alcance hiende
invadiendo estancias, tumbando bisagras,
destrozando puertas.

Un temblor de labios
y ojos sorprendidos reconocen huesos
perdidos por miedo de tiempos lejanos,
                         recuerdan
                             llorando.

Rufina

Mentiras II

Mentiras II

Como flores secas se deshoja
haciéndonos más cortas las esperas,
pretendiendo dar tiempo al sin sentido
para curar rencores y congojas.

El olvido no se aferra a lo que se ama,
la espera seca al alma compungida,
la vida no sostiene tiempos idos...
desconoce el amor lo que sea suerte.

Adherida a un olvido que no existe,
una súplica se subestima adrede
en la oquedad de una inventada muerte

ignorada y perdida en el pasado;
quejarse no restaura las vivencias...
sufrir de ningún modo te hace fuerte.

Rufina

Sobrevivir

Sentada
frente a la puerta
que va a la calle
                     mira.
Hay brujas, bailarinas,
payasos, mimos y dragones
apostados en las esquinas,
asechando un cambio,
una tardanza, 
un descuido...
         -sobrevivirle al llanto-.

Sentada, 
bosqueja nuevos cuentos
en garabatos, sueños,
poemas, colores...
para construir 
cometas de ilusión
que surquen el cielo
y lleguen más allá...
¡más allá!

Papeles
son insuficientes;
los dragones, mimos y payasos
le ceden sus esquinas,
con color los cometas 
podrían ser divisados
desde mucho más lejos.
Surcan el cielo 
y más allá...
han logrado
volar sobre las nubes...
           -sobrevivirle al llanto-.

©Rufina

Dejaste escapar

Dejaste escapar todo:
la riqueza más grande,
la menos apreciada...
Lo que quedó
se expuso en almoneda,
siempre al mejor postor.

Eran tantos...
Como aves de rapiña 
sobre fétidos restos
peores que carroña.

No quedó ni el espacio
y tus huesos desnudos
se cubrían en sí mismos.
No guardaste recuerdos,
ni hiciste un relicario,
no lloraste a tus muertos.
No entendiste lo solos
que quedaban aquellos
desgraciados perdidos
residuos cuasi-hombres
que alguna vez serían.
Dejaste escapar todo:
la menos apreciada
de todas las riquezas,
el más grande recuerdo,
llanto desnudo, espacio,
los huesos descubiertos...
y acaso un relicario
que al final nunca fue.

Rufina

A tí

A tí

Hombre canción, 
llanto, dolor, esperanza, 
dulzura, veneno, fuego,
frescura, sabia palabra...
Tibio abrazo a los sentidos,
piel que estremece, ambrosía,
aliento que resucita...
¡Violenta pasión que mata!

A ti, hombre-universo,
     -en tu pequeñez oculta-
espontáneo, creador constante,
constructor de tus futuros, 
inagotable guerrero...
¿Qué será lo que te espera?
Luego de luchas, conquistas, 
aliento, llanto de muerte...

Cuando no esté la canción,
en tu universal grandeza
se haya secado la piel...
          ¡y se muera la palabra!

Rufina

Mentiras

Mentiras

No existen caminos nuevos, 
como no existen pasados.
Nadie ha escrito un libro
con final definitivo,
ni se ha llegado al lugar
donde termine el destino.

El cielo nunca fue azul,
las nubes no son tan altas,
nada es la eternidad
porque no la conocemos.
Caminos nuevos no existen
siendo que el ciclo de vida
siempre ha sido redondo
aunque neguemos la muerte
buscando nuevas verdades,
siempre hemos de caminar
sobre nuestros viejos pasos.

Rufina

Al fin

Al fin 
que no obtenemos 
nada
apilando los odios;
sino llenar el alma
con vanas frustraciones.

Si fuera posible,
juntando opiniones
destruiríamos murallas
a la muerte insensibles
para marcar espacios
donde se guardan huesos
manos,
ojos...
          ¡voces!

Terribles desacuerdos
serán el alimento:
carroña putrefacta.
Los buitres,
sobrevolando 
esperan
el reto de la lucha,
mientras sobre sus heces
se revuelcan
los asnos.

Rufina

Ella

Ella

Algo ruda, quizás...
musical y hasta violenta,
en un poema, un grito.
Longevos los sonidos
pueden hacerse nuevos
y las vetustas reglas
ofrecen aún la forma
para repetir mejor
lo que otros ya dijeron.

El vocablo que un día
se acomodó al desuso,
frente a un nuevo pacto
apenas se recuerda,
más, cual ala cercenada,
siempre queda un pedazo.

Evoluciona perenne,
trascendiendo todo idioma,
borra todas las fronteras
y llega hasta el quinto cielo...
Sobre piedra o papiro,
viajando cientos de siglos
generacionales voces
cantan constante versos,
honrando la palabra.

Rufina


Agostos de espera

Agostos de espera

I

La tierra exhala su bocanada vapor-fuego.
Se esconde.
Sobre la mesa una carta inconclusa
con huellas de dedos sudorosos
y en el pecho,
incontenibles temblores.

Las horas pasan lentas
esperando por el juego 
que quedó a medias ha tiempo
y no recomenzará.

II

Se despide el sol sin tregua derritiendo la piel.
Se reprime.
dejándole en la sombra
que le cubre por fuera...
y le mata por dentro.

Rufina



Andadas

Andadas

De repente se siente haber vivido al punto de que al parecer no hay sitio para emociones nuevas.   El descubrir se asume como algo adquirido y aprender es el folio que hemos completado.  Cuando llega el momento del nefasto cansancio, quisiéramos tener una honrosa salida 
o una excusa creíble al horror de fallarle a nuestros propios pactos.
De repente el apego a recuerdos lejanos lo descubrimos vano, sin propósito alguno, y de cara a la vida intentamos vencer las viciosas rutinas que creímos causantes de pequeñas victorias, dueñas incuestionables de alguno que otro fracaso.
Y se siente de pronto que al abandonar la inercia ganarnos la partida es común desafuero y normal consecuencia del final de los años; como si despedirnos de la vida  
fuera una pena enorme en lugar de una fiesta.  Al fin que quien despierta de esta cruel pesadilla (que es un enorme engaño), descubre en realidad que aún le queda camino... 
¡y no ha vivido tanto!

Rufina

Soy alli

Soy alli

Soy punto en el infinito,
sangre, cimiente, hueso, latido... piel.
En mis manos hay mil nidos 
y mis ojos visualizan
desconocidos futuros.

Yo, pasión temeraria,
sueño, montaña, raíz, 
vertiente, sol de horizonte y dolor...
      (cuando cala el adiós).
Soy mucho en la nada,
idealizo horizontes,
invento mañanas.
Caudal puro, camino y pasión.

Soy centro de mí misma
¡en la mitad de tu centro!

Rufina

Historia de un absurdo

Historia de un absurdo

El menudeo de miradas se hizo hábito 
en el pozo vecino al muladar donde sapos 
habían tenido que dejar de comer -mierda- 
Sus panzas parecían globos, por distendidas 
transparentes, brillantes, a punto de reventar.
                                      No se decía palabra.
Y no alcanzaban a entender lo acontecido. 
En lodo, musgo y hongo se iba desnudando 
el miedo a descubrirse, entre lluvia ceniza 
se oxidaban espejos, bisagras, cerrojos…
                                      No se decía palabra, 
                                      ni se miraban de frente.

Rufina

martes, enero 08, 2019

Amarrada



Amarrada

Una gloria inventada que no avanza
se frunce avejentada tu inconsciencia
comiendo del servicio la carroña
vendida como ambrosía de dioses
a la espera de verte en la agonía
que anticipa al apático exterminio
de vejada identidad que es deshonra.

Tanto has evadido tus verdades
que ni la sangre mueve tus sentidos
ni la razón maldice tu ignorancia
ni arriesgas combatir contigo mismo
conociendo tu norte retorcido.
Te has doblado a besar las garras sucias
del animal atroz que te amordaza.

Irely -Rufina
Añasco, Puerto Rico


Casi nada+





Casi nada

Tú, que tomas las palabras hechas
y las utilizas a conveniencia...
Que has logrado socabar los cimientos
de mi otrora admirada fortaleza;
me lees poemas que no escribes,
escribes palabras que no crees...
Tú me llenas de ternura con romance,
me endulzas el oído y desinhibes
mi mojigato ser con la promesa
de retener los sueños a mi alcance.

Tú que provocas la caída
de oxidados pedazos de armadura
que ya no tiene fin seguir vistiendo,
desde que has hecho espacio en esta vida
que hacía mucho cuidaba sepulturas
de esperanzas fallidas sin intentos.

Casi nada me has dado... ¡casi nada!

La ilusión del amor que es a destiempo,
el refugio a las penas y el sosiego
de esa entrega que suple las carencias;
el abrazo que entibia lejanías,
la ternura que acaricia con el viento;
tu risa, la razón de mi alegría,
la llenura del alma si te tengo.

Casi nada me has dado... ¡Casi nada!

©Rufina




sábado, enero 05, 2019

Se sabe*--



    Se sabe

               Que la lluvia secaba      
               sobre el metal expuesto.      
             Chirridos de madera      
               buscando su acomodo      
             en agónico llanto    
             la inercia absorbía   
             al centro del concierto    
           ignorando mañanas.
            Gritaban desespero.  


                No se escapaba aún   
           en sus rayos 
opacos 
             sobre espejo gris-agua
             miles duendes danzando
            celebran fiesta y huían.


              Las flores se cerraron  
              presintiendo cansancio  
                resigna desafuero    
            tornado en ley, impuso  
               inútil el desvivir.  
               Llegaron al cansancio    
                abandonando llantos      

              el espacio tendió   
              bajo nubes, y el cielo  
                   se llenó de luceros.      


Rufina



viernes, enero 04, 2019

Despertar -1


Despertar

Lejos de seguir abrazando ajenas tristezas
extendió los brazos a los tiempos en fuga 
ambientes fríos, opacos, remota esperanza.
Así, finalmente tendría la valentía
de rechazar a permanecer indiferente
estampado en memorias dadas al desperdicio.
Así, su cuerpo en movimiento proyectaría
el calor necesario, mantenerse despierto.
Dejaría de torturar el ardor en la piel.

Ya advertido, las brechas desaparecerían
abrirían caminos retomados y oreados
por mentes vivas, almas puras, cuerpos valientes
soltando amarras, rompiendo los estereotipos 
fulminando famélicos entes irrisorios
memes creados con la patética intención
de mantener los protagonismos engañosos.

Rufina 
1ro de marzo, 2016









Pavana para el otoño-




Pavana para el otoño


Las hojas caen.  Mojadas.
Horas perdidas se cuentan doble
los grises del cielo se reflejan
en espejos sobre el pavimento,
en cada inclinación del suelo
ángeles ciegos, entristecidos 

buscan sus rostros llenos de sueños rotos.

Todo transita sumido en ese
sopor que invita a buscar tibiezas 

en un cuerpo suave que se rinda 
con derroche al más loco desvelo
y tenga certeza de que al alba
                              no será el mismo.


Las horas se harán menos grises
hojas muertas romperán espejos 

los ángeles hallarán sus rostros
y colgados al vuelo de sueños
les abandonará la tristeza.

Los otoños...
están colmados de soledades.

©Rufina

octubre 2011