Páginas

sábado, enero 19, 2019

Gracias por estar

Gracias por estar  

Ayer tuve muchas razones para equivocarme, aunque hoy, después de la inicial confusión de muchos años, ya no tengo motivos para justificarme. He vivido tantas y tan variadas situaciones durante todo este tiempo jugando a estar viva, que en su momento, las interrogantes fueron tantas que fue muy cómodo intentar convencerme (y lo logré) de que no existían, antes de asumir lo que me iban a lastimar las respuestas. Nunca tuve tiempo para mirar hacia arriba.  Nunca tuve tiempo para ser yo. ¡Siempre viví por y para los demás!
Pero "nada hay oculto que no haya de ser manifestado, ni escondido que no haya de salir a la luz"... Y habiéndolo añorado, aún me sorprendió redescubrirme tan de pronto, y encontrar el valor de hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, no lo hice sola.  No puedo de ninguna manera jactarme de eso y no quiero, porque mi naturaleza dejaría de ser si cometiera semejante barbaridad. Gracias, amor bueno y limpio... ¡Gracias por estar hasta que sea!

De ti aprendí (en este proceso que pensé iba a ser más doloroso) que siempre hay sol mañana; que a los gatos no se les acaricia a contra pelo; que a todos nos duele cuando nos pellizcan; que el descuido deteriora al espíritu tanto como al cuerpo; que llorar cuando se tienen ganas y sin razones, es la mejor medicina para el 
sufrimiento; que no se puede dejar de escuchar al corazón cuando nos habla; que los riesgos son necesarios para ganar cualquier batalla; que el miedo es el peor enemigo del crecimiento espiritual; que deprimirse puede evitarse encontrando quien nos apoye;  que quien no nos quiere no nos merece; que quien no se pierde 
nunca llega a ningún lugar; que hay siempre alguien con mayor necesidad que uno; que el mundo no fue creado en diez minutos ni será destruido en cinco; que lo que más creemos conocer es lo que menos sabemos; que convicción sin acción no basta; que el amor muere por abandono; que nadie se muere por nadie; que esperar a mañana no nos permite disfrutar el hoy; que nuestras posibilidades reales no se limitan a nuestra capacidad física; que cuando se quiere se puede; que se debe querer siempre; que lo único que realmente te pertenece es el conocimiento; que un diploma no te hace mejor ser humano; que lo que crees tuyo ciertamente no morirá contigo; que nadie es indispensable; que los contratos se crearon para ser rotos; que ninguna idea es real sino se desarrolla; que las metas se trazan para alcanzarlas; que si hay una piedra en tu camino y eres incapaz de moverla, siempre puedes saltar sobre ella; que la fe sí mueve montañas; que la ignorancia es pecado; que el respeto de los demás comienza donde termina el tuyo; que el tratar de complacer a los demás es siempre inútil; que si no eres feliz es por tu discapacidad de amarte; que lo que debes a otros no es solo lo que te han dado; que lo exterior no es importante; que tus pies para caminar siempre se colocan uno frente al otro; que los temores todos son infundados; que la montaña se hace más alta cuanto más cerca estamos de la cima; que no hay justificaciones para el resentimiento; que ninguna experiencia se repite; que una sonrisa siempre es devuelta; que la compasión es lo que cierra la brecha entre la adolescencia y la vejez; que no es importante lo que piensas si no lo tienes en tu corazón; que el empeño determina tu triunfo; que la excelencia no se improvisa; que el luto no debe existir; que no debe detenerte el tiempo ni la distancia; que mañana no existe; que alucinar sobre el futuro destruye; que la humildad no se puede fingir... ¡Que hay que celebrar la vida! ¡Con todas sus consecuencias!
¡Con todas sus consecuencias!

Rufina


No hay comentarios.: