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domingo, noviembre 21, 2010

Sobre las noches dentro de la vieja noche

Lo más lejos que tenía era re-encontrar a Tomas L. Vargas después de casi treinta años de no verle la cara, y encima que me invitara a colaborar con mis amigos Artistas y Poetas en un proyecto como "La Vieja Noche".  
Yo, como siempre, me mantengo 'en el medio' pa' llenar hueco, lo mismo que pa' dejarme ver.  Luego de compartir algunas ideas, me fue más claro todo y se me ocurrieron varias cosas que se irán incluyendo a medida que esta "bola de nieve" siga rodando.

Por supuesto, ante la situación que todos conocemos, no podría mantenerme espectadora, y aunque estoy del otro la'o del charco, entiendo que cada día el trayecto a la luz es más difícil y estrecho.  Como siempre, el despilfarro y el abuso se hacen cargo y toman espacio.

Como si nos gozáramos en ello, hemos hecho lo posible para acortar los dos dedos de frente que nos quedaban, y  parece no haber manera de mantener alerta aquella insaciable necesidad de conocer la verdad, que penosamente se ha ido convirtiendo en una cachetada de frente y 'sin aparente aviso'.  Pero con todo derecho mucha gente como yo puede decirle hoy a quienes nunca quisieron escuchar: "¡Te lo dije, carajo!, ¿No te lo dije?".

¿Crónicas de un desastre anunciado?  
Díganle como quieran.  Queriendo abarcar las cosas que quedarán fuera de todo alcance cuando en el último lugar se pierda el horizonte, por no alcanzarle, y en cambio aparezcan las cicatrices de un estudiado nihilismo que en su fanfarronería se llegó a engullir los esporádicos platos de 'cultura general' que hoy añora; se evita hablar de la muerte como se evita discutir sobre lo que nos atañe como pueblo.  La realidad se adorna con los dólares que faltan y de los que siempre nos quejamos por insuficientes...  
Pero toda situación de caos es consecuencia de la incapacidad de prevención.  Por supuesto en esto se aplica una retórica parecida a la del incumplimiento de la ley por desconocimiento: ¡No hay justificación!


Irely Martínez Montes