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martes, marzo 31, 2020

Hoy III

Hoy

Volvieron a posarse mariposas en mi pecho
y una ráfaga de viento acarició mi rostro.
Olía a piel tostada, a lavanda, a romero, a miel,
a aquél aroma imaginado que adormecía

cuando tu sinuosa voz recitaba ilusiones
y al filo de las urgencias me hacías el amor.
¡Qué locura hermosa aquella llena de lágrimas!

Fueron demasiado dolorosas las renuncias:

casi hasta que el horizonte dejó de ser,
en el ocaso se deshicieron los luceros
y mi norte se hizo humo, lleno de esperas,
donde ni la palabra tuvo sentido.

Hoy, regresas con el viento en su andanza,

recogiendo arenas de la orilla de tu playa,
y en la punta encabritada de una ola,
adornado de corales y de algas,
un hipocampo de oro enamorado, encontró
algunos sueños relegados, el reflejo
de labios con el nunca de tus besos
y un poema de amor que de tan largo,
se duerme sobre el mar, de costa a costa.

Volvió tu suave risa a enamorarme

y en el viento has dejado otra caricia,
como cuando soñábamos tenernos
a través del espacio fragmentado.

Hoy, conservo mariposas en el pecho,

en el recuerdo tu voz continúa viva,
y aunque me abrazo al silencio en la locura,
no abandono tampoco la esperanza
de volver a vivir la coincidencia
de que una tarde cualquiera me poseas.

©Rufina


Hoy II

Hoy II


Es uno de'sos días

donde despiertas temprano y sigue noche.

Estiras los brazos y encuentras

en un cuerpo extraño

lo que no se había perdido.

Uno de'sos días de letargo y niebla

de ganas de olvidar que 

hay por hacer.


Hoy

las musas deben estar acurrucadas

entre las ingles de Zeus

durmiendo en sus laureles.

La pesadez no amaina

cuando es demasiado el descanso

y el día debería recomenzar.

Es uno de'sos días.


Obligado bostezo

músculo adormecido, pereza dolorosa.

Uno de'sos días que sigue de noche

un cuerpo extraño 

resulta espejismo y hace frío.


De niebla, de letargo

de no hacer...

¡Uno de'sos días!



©Rufina

Pero no

Pero no

"Vivir es lo más peligroso que tiene la vida."
Alejandro Sanz



Cuesta abrir los ojos desde que descubres


que tienes la tarea de buscar el aire.


Ese lugar al que llaman tus entornos,


donde no reconoces una idea clara,


porque es imposible el real entendimiento


donde todos hablan sin decir nada,


muriendo en esa confusión, dejando


los sentidos en el intento de mostrar


la heredada dirección que a ellos


igualmente les llevó a ningún lugar.



Antes que despertaran tus ojos limpios,


estaba la conciencia con manos listas


a recibir el espacio para entregar


la verdad en la palabra que ennoblece.


Pero allí siempre hay buitres al acecho,


negándose a la realidad del milagro,


tomando de lo que no les pertenece.


Cuando comienzas a entender lo que miras,


lo aprendido te nubla la visión,


recibiendo todo lo que eventualmente


será parte de tu realidad... ¡Jamás!



Repites al esfuerzo de abrir los ojos,


a conciencia rechazas el aire, pero...


Descubres que no eres capaz si no está.


Así te llenas los pulmones creyendo


que podrás tener la reserva de vida


que te permita caminar a la meta.


El precio de ignorar tu esencia es alto.


Lo aprendido se va en lágrimas y el aire


se torna denso, no encuentras las respuestas


y en ese espacio crees que vives...


¡Pero no!




©Rufina