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miércoles, mayo 22, 2019

octubre


Octubre

Llegó mañana. 
Enajenada,
la conciencia busca entre bostezos
una fórmula que obligue al alma
                                   a replegarse;
un espacio para
hundirse en el olvido;
el más ardiente naranja del otoño...
¡Que acaricie dolores y sollozos!

Tiemblan las manos,
la razón intenta despertarse.
Con pesadez de bulto viejo
lleno de intervalos y papeles,
el vaho encerrado en un tintero
y el corazón de dos...
                         ¡Hecho retazos!

Siempre inútil.
Huír del ósculo soñado 
                          es imposible...
Dejó de ser idea para armarse
en el profundo cosmos de mi pecho
junto a febriles horas,
                          donde yace.

Rufina