Huracán
Una sábana cuelga,
tres niños,
el mar vacío,
la danza...
¡Mi voz en la ventana!
Una densa espesura
entre el sueño y la sábana,
maderos derretidos...
el viejo paño rasgado,
fundidos nada y mar.
Se pega mi voz a las ventanas,
y una mujer de negro
comienza su danza
de angustiosa partida.
No la ven.
©Rufina