Una imagen no es una persona
"The human race is so puny compared to the universe that being disabled is not of much cosmic significance.” -Prof Hawking
Cuando voy por la calle o llego a alguna
actividad artística, muchas veces la gente me
mira con lástima y los más compasivos, con
curiosidad... Una mujer joven madura, madre
de dos, artista, activista comunitaria,
nadie generalmente me visualiza físicamente
incapacitada, especialmente cuando hace
solamente cuatro años yo no utilizaba una silla
de ruedas.
Yo tengo Esclerosis Múltiple.
Fueron muy duros los primeros años (que
realmente han sido los últimos), porque una
serie de sucesos fueron aconteciendo a su vez en
mi vida, que no estaban permitiendo a mi
acostumbrada temeridad seguir adelante y
mi salud se deterioraba a pasos agigantados.
Permitirme el lujo de darle cabida a los miedos
que siempre han luchado por destruirme, sería
terminar de morirme, ciertamente. Por eso,
tenía conciencia de que de alguna forma había
que hacer un cambio.
Cada minuto que pasa de mis días, es una razón
para celebrar la vida y sentir el amor en toda
su plenitud. A pesar de haber recibido muy poco
de ese amor, mi corazón rebosa... Especialmente
desde que un día 'descubrí' que lo que detenía
mi 'crecimiento', eran los odios y los rencores
acumulados por años de mucho e intenso
sufrimiento. Pero no era justo vivir como un
producto de las miserias de otros, sino vivir por
mí misma. Entonces, desde la profundidad de
mi espíritu surgió la fuerza necesaria para
tomar la decisión de hacer el cambio... ¡Y
comenzó la metamorfosis! Hace algunos años,
por cierto... pero yo siento que sigue constante
y seguro el desarrollo y eso es lo importante. He
logrado tomar decisiones que cualquiera en mi
lugar jamás hubiese tomado...
Es importante porque he adquirido la capacidad
de mostrarme tal cual soy, sin las caretas
grotescas que casi todo el mundo usa para
ocultar su real incapacidad y sus suciesas.
Por eso es hermosa la vida, aunque muchas
veces parezca injusta... Pero no es precisamente
juzgarla lo que nos compete, sino agradecerle...
Luchar por lo que queremos. Vivir por lo que
somos.
¡Desarrollar nuestra capacidad de hacer un
sueño realidad y no conformarnos solo con el
sueño mismo! Todos tenemos limitaciones, pero
la más grande es definitivamente la falta de
humildad. Cuando este importante elemento
falta en un ser humano, nada es capaz de ser
logrado plenamente... y de serlo, siempre queda
un sabor amargo en la boca. Tenemos que
aprender a vivir agradecidos.
Quienes no podemos cambiar nuestras
circunstancias, tenemos que aprender a que
debemos adaptarnos a vivir con ellas,
acariciarlas, asumirlas y hacerlas productivas
dentro del alcance de nuestras capacidades.
Y cuando tengamos un logro, grande
o pequeño, ¡celebremos!
Celebremos el ser. Celebremos el amor de Dios en
nosotros mismos... ¡Celebremos!
No hay razones para no hacerlo... Lo que existen
son temores que alimentan la inseguridad para
destruirnos.
¡Celebremos la vida! ¡Aprendamos a amarnos a
nosotros mismos!
No nos puede doler más lo que tenemos que lo
que nos dolió no haberlo tenido...
¡Nos preocupamos por tanta estupidez!
Perdemos el tiempo en tanta cosa inútil... Nos
hacemos la vida demasiado complicada.
¡Nos hacemos tan sordos a nosotros mismos!
Irely Martínez Montes (Rufina)
4/2001