La lágrima no es fácil
Los llantos son hondos,
serios, infinitos.
Hablo de los llantos
cuya razón es contundente.
Llantos desde dentro
donde el alma desgarra agónica
y callada esconde esa rabia
sorda de impotencia que reafirma
lo incapaz de los intentos
ante toda lucha... ¡Toda!
ante toda lucha... ¡Toda!
Sobrevivir al dolor deja huellas
en el espíritu, fija cicatrices
puede atrofiar alas
que al final cercenan.
Ni el ardor de la visión anegada
es capaz de aliviar del sollozo,
el incontenible espasmo, estruendo
horroroso ahogo.
Luego llega la paz.
Llorar sana el alma.
Rufina
Rufina