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domingo, junio 27, 2010

Llegar al cielo

Promesa inverificable,
apoyada en la historia de un hombre que nadie conoce;
en un charco estéril de sangre vertida,
perseguida por irredentos cuerpos 
para apañar pecados.
Imágen indeterminada que el miedo ha vestido 
de espanto, de lunas ahuyando, de brujas 
y duendes atados a las raíces de un mangle, 
llorando y pidiendo clemencia.
Se justifican guerras como medio a ese fin;
el caos corona a los hombres indiferentes.
Todavía llora la virgen y se nubla el firmamento
cada año, cuando matan a su hijo.
Cuando aparecen novias disfrazadas
ante los mismos altares donde los niños 
dejaron de serlo.
La gloria se deshace
entre centenarios cuentos, impresos que lloran,
árboles marcados por 'se parece', plegarias,
insensibles letanías...
Y el hombre que nadie conoce 
sigue siendo esperado
                            para llegar al cielo.



©Rufina