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sábado, junio 25, 2011

Mi derecho y mi ser responsable



A veces es como si la palabra
no fuera suficiente;
como si el grito se quedara a medias
y se ahogara en llanto,
la sangre ardiera  más que la herida.
¡Carajo y más carajo!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Cuando el responsable ser interfiere
con mi gana y derecho
de exponer esta rabia,
cambiando esas letras...
Aún la vida, amando como se ama,
la norma Natural de aquel principio
-cuando ya fuimos creados-
expone nuestra Humana dualidad
y confronta las ideas
en batallas a muerte.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Carajo!
¡Si la palabra fuera suficiente
no se estaría sintiendo este vaho
a sangre que instiga al desquite, ¡ay! ¡ay!
Se queda a medias, ahogado en llanto
ese grito... ¡Hostia!  El grito... ¡Coño!
¡Esa mierda que se escucha Carajo!
La más acertada opción que todo
masoquista condena
y que todo el poder de la palabra
apenas expone.
Amando esta vida como se le ama
-porque es amor el Arte-
me aferro a mi gana y derecho con garras
y me cago en el quebranto, antesala
a todas las partidas...
¡Coño! ¡Hostia! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
La Natural dualidad que confronta
al ser responsable y a mi derecho
a que me dé la gana...
¡Carajo! ¡Coño! ¡Hostia!
A veces es como si la palabra
hediera a sangre que instiga violencia.
Es cuando la partida está tan cerca
que siento resuellos sobre mi nuca
advirtiendo a ese ser responsable
que ya es hora de ejercer mi derecho
y decir lo que me da mi gana... ¡ay!
¡Es por la sangre que la herida arde!
¡Hostia! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Coño!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Carajo!

©Rufina