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jueves, diciembre 29, 2011

Presencia


Allí estaba
frente a razones ajenas
 enconadas despedidas
y regresos mentidos.
Un reto.

Toda intensión no era presente
aún necesaria
era imposible entender
si a algo se aferraba
ganaba o perdía.
Ajenas, las razones
robaban espacios lejanos
despedían al miedo.
Olvido.

Toda canción fue necesaria
mas no presente.
Imposible la defensa
de los espacios
la verdad que no fue.
Allí estaba.

Un reto
por miedo perdido.
Enconados intentos robados
a razones mentidas
expuestos espacios ajenos
nunca tuvieron canciones
despedidas, regresos
intensiones presentes
defensa, verdad.
Olvido.

©Rufina


 

miércoles, diciembre 28, 2011

Facta potentiora sunt verbis



Nada cambia solo con desearlo,
ni el Verbo tenaz, el vanguardista,
puede decir las cosas de forma diferente.
De la misma forma el sol ha de ocultarse
hasta que el momento sea el propicio.
En la voz, la palabra no truena
hasta que sacude la odiosa rabia.
Tormentosas, las nubes anuncian
el evento que nadie cree, hasta 
que se anegan todos los espacios
y la tierra cede al peso de su poderío.
Solo con desearlo es imposible.
Incluso cuando se busca, se trabaja...
Hay cosas que nos recuerdan siempre
que aún teniendo el poder en la palabra,
nuestras miserias superan por mucho
las más enfermizas ambiciones.
Titánica empresa la de convencernos
de que la imagen en el espejo
no es la nuestra y que nuestros demonios
nos ponen a prueba provocando reyertas
donde nuestro control es nulo.
Ni el poder del Verbo supera al hecho,
ni el peso de las miserias aplasta razones,
ni el hombre está listo para asumirlas.
No tenemos la fuerza, ni la tendremos
para darle cara a lo imposible
aún asumiendo algún acierto.
Cuando comenzamos a olvidar el antes,
es cuando el cambio es preciso,
la ambición debe tomar un norte
que nos dirija a re evaluar la razón
de la rabia y el porqué el trueno de voz
es insuficiente para que acontezca.
Entonces es cuando la lucha asumida 
se intensifica y el sol alumbra.
Entonces... Cuando el Verbo da permiso.

Los hechos son más fuertes que las palabras.


©Rufina





domingo, diciembre 25, 2011

Diciendo

Parece mentira que a estas alturas de la existencia del hombre, y habiendo lidiado con miles de conflictos durante el desarrollo de la humanidad, aún nos queden asuntos que deberían haberse solucionado desde que surgieron.  Pero claro, lo que es egoísmo acaparador para unos, es simplemente el 'modus vivendi' de otros, habiendo tanta gente en el planeta y tan diversa, no debe extrañarnos que en algún punto del camino nos hayamos perdido unos a otros.  
No es fácil el bombardeo que recibimos constantemente desde que hay intereses dispares, políticas elitistas y abusos sistematizados.  Desde que el mundo es mundo ha sido así, y aunque siempre hay quien mire y vea, escuche y hable, quien controla los poderes (político, económico y social) siempre ha tenido las de ganar.
Hasta hace poco todos conocíamos esta realidad sin retarla, pero ha surgido un movimiento como todo movimiento surge: por la necesidad de decir BASTA. Por la necesidad de recuperar espacio.  Por la necesidad de reclamar lo justo.

Con más de mil millones de hambrientos en el mundo, los esfuerzos de las grandes potencias quedándose en promesas, el analfabetismo rampante y el crecimiento de las crisis económica, no es secreto ni asombro hasta en el país más rico hay niños muriendo de desnutrición. Uno de cada siete hogares en el mundo no tienen medios para comer más de una vez al día, y mucho menos cuatro de siete días en una semana.  Aunque la productividad continúa en aumento, la bonanza no llega a las mesas de los trabajadores, dada la ambición desmedida de unos pocos que se siguen enriqueciendo a costa del menos favorecido. 
Anualmente mueren un promedio de cinco millones de niños en el mundo por hambre y por enfermedades prevenibles, (como la neumonía o la diarrea). En los Estados Unidos los números son menos drásticos, pero el solo hecho de que haya casos es absolutamente vergonzoso, pues mientras grandes intereses toman ventaja de enfermedades inventadas y las convierten en "pandemia" creando pánico global, producir medicamentos supuestamente infalibles y encima hacer su uso prácticamente obligatorio para el ciudadano común, el calentamiento global produce eventos (aparentemente naturales) que arrasan con cosechas, secan arroyos y fuentes de agua potable, por mencionar algunos.  Además, los 'accidentes industriales' que han contaminado el Golfo de México, el uso sistemático e irresponsable de uranio empobrecido en la Colonia (territorios ocupados) por la Marina de Guerra de los Estados Unidos, que ha hecho que la incidencia de cáncer sea mayor en la Isla de Vieques que en la Isla de Puerto Rico, ha contaminado todo el terreno cultivable hasta el punto de que allí nadie puede consumir lo que la tierra puede producir, ni beber sus aguas, excepto claro, en las áreas resguardadas para las bases de La Marina de Guerra Estadounidense, a donde los viequenses no tienen acceso.

¿De qué se jactan los grandes líderes de esta Nación?
¿Será que el auto nombrado derecho de intervenir en la política de otras naciones, invadir territorios en aras de la 'democracia' que tanto quieren imponer como único modelo para el progreso y el crecimiento, y la prepotencia que siempre les ha inflado el ego podrán más que los valores y el empuje del ejemplo de hombres íntegros y valiosos?    
No nos hagamos los tontos porque al parecer, han olvidado algo.
Olvidaron la lucha que sus antepasados libraron para convertirse en una Nación libre y soberana, derecho que niegan a sus territorios.  Olvidaron los principios morales y religiosos que guiaron a los fundadores, olvidaron la institución de la paz y el común bienestar como la base de una sociedad próspera. Han olvidado sus orígenes.
¡Olvidaron que no son dioses!


Irely Martínez Montes
25 de diciembre del 2011


viernes, diciembre 16, 2011

A un punto perdido

Un momento vacío
donde el fondo de nada
parece que se hunde
y el empeño es más vano
cuando abraza la espera.

La quietud que requiere
entender el espacio
es casi dolorosa
y en medio del silencio
respirar hace ruido.

No se ve nada dentro,
es como estar afuera.
No hay frío ni calor,
no se ve, no se siente...
¡No parece esto vida!

Intentar escucharnos
mas allá del silencio
es seguro fracaso,
como alcanzar los bordes
del cielo tras las nubes.

El negar las verdades
mantiene a quienes quedan
con la clásica idea
de tener bien seguro
su pasaje a la muerte.

Porque son las partidas
dolor indescriptible
que en la piel no se siente,
proceso obligatorio
libertador de karmas.

El abrazar la espera
en el fondo de nada
y a mitad del silencio,
es quietud dolorosa
en un punto del viaje.

Inevitablemente
negarle o aceptarle
es inútil empresa,
perder tiempo valioso
que no cambiará nada.

El final conocido
llegará inevitable
casi como sorpresa,
más vacío y más hondo
que como lo dejamos.

Con todo su silencio
la espera dolorosa
inútil, obligada,
en el centro del viaje
abrazará la muerte.

©Rufina

jueves, diciembre 15, 2011

Escribir

En la forma de expresar no cuentan
las reglas que impongan palabras.
El escrito es la expresión libre,
espontánea que inventa su ritmo, 
que al orden silábico evade, 
no a la urgencia de exponer el alma.

La rima es dos cuerpos amando
donde nunca cabría un tercero.
Música que invade metiéndose al pecho.

Sí es cierto que el desahogo es bueno,
igual contenerse es saludable.
En el espacio que invita a exponerse,
vigilar que la frescura no muera,
que el diario vivir no le ahogue,
que la verdad se muestre efusiva

y el ingenio de una mente abierta
quede prendado del alma que busca
al azar en el Arte su rastro,
la razón de innegable presencia,
reconozca en el trazo su emblema 
y que marque su huella al volar.

©Rufina

miércoles, diciembre 14, 2011

Composición



Si no fuera porque estamos tan lejos 
te diría de las horas que en silencio dedico a pensarte,
intentar darle alcance a tu rostro...
A pintar con rojo tu silueta 
para que en el proceso no te pierdas,
adivinando la precisa forma
de osamenta, músculos y latidos,
para que el instinto siempre coloque cada pieza en su lugar, 
cada elemento, cada sorpresa,
amando toda individual fase creativa, internalizando,
perfeccionando los trazos y armando
cada elemento nuevo descubierto.
Si no fuera porque estamos tan lejos,
le daría aquél toque maestro a eso que comencé contigo.

©Rufina


martes, diciembre 13, 2011

Recuerdos 1

Haberte encontrado entre espacios aire
donde el tiempo apenas se sentía,
las prisas se hacían necesarias,
fue mucho más que un acontecer valioso.
Llegaron a ser tantos los momentos
cuando el miedo-dolor se pegaba al pecho,
que por fuerza el ciclo de vida tendría 
que solidarizarse y ser compasivo.
Entonces fue el esperado milagro:
compartidas carencias, almas ciegas
frente a la luz de posibles mañanas.
Fue tanta la hermosura atesorada
que no advertimos la continuidad,
natural movimiento de vida.
Pasaron las esperas casi sueño,
las puertas se abrían a ambos, pero yo...
Me quedé con el miedo en las manos,
la dulzura de inventados besos,
aquél abrazo tibio que arrullaba
con la hermosa esperanza del encuentro.
Quedé como cuando la luna sonreía,
tus manos se posaban en mi cuerpo,
mis lágrimas bebías con paciencia...
Como cuando estuvimos en tu espacio
y cabalgando el amor fuimos eternos.
He sido desde entonces hoja al viento
que no logra entender su travesía,
pero que le agradece al Universo
aquél espacio-aire que hoy posee
a pesar del dolor y la distancia,
como cuando compartíamos sueños,
lágrimas, carencias, besos, todo,
y nuestros latidos eran uno...
¡Como cuando tu sexo era mi sexo!

©Rufina 



domingo, diciembre 11, 2011

Dicen


Dicen

Dicen que de noche, cuando falta el sueño
lo que fue cordura todo el día 
torna al mundo confuso,
la perspectiva cambia desde todo punto
y hasta el ser se conciencia de sí mismo.
De noche la piel se sensibiliza,
el cabello, los ojos... ¡Y los labios!
Cuando ya el sueño falta,
se siente igualmente el hueco que dejara
el beso que no se entregó a tiempo,
el frío de la caricia que no fue,
el vacío de un abrazo perdido. 
Dicen que el sueño falta de noche
cuanto más necesario se hace
el balance entre el consciente y la paz
negada al espíritu.
Escondida en las sombras se encuentra
la grieta que promete salida
y se busca con empeño, ansias...
Hasta que al fin las luces del alba
decidan entregarnos el sueño
despierte la cordura del día y la piel
se haga cargo del hueco del beso, 
del mundo que confuso falta,
la caricia que cambia, el frío,
el necesario abrazo...
¡La conciencia de sí mismo!


©Rufina








lunes, diciembre 05, 2011

Llega sin remedio

Como destello rápido 
que no logras definir,
que no es fuego, ni es el aire...
Que de repente ilumina,
pero que te deja a ciegas,
como una saeta, cual fusta
que no te llega de cerca
pero te enfría la piel.
Una angustiosa movida
que te altera los adentros,
como un roce imperceptible,
un aliento que resuella
tibieza sobre tu nuca,
que provoca escalofríos
sin que entiendas las razones.
Sin ser luz sientes su brillo,
te alaga, pero te asusta... 
Le reconoces tu vida,
pero así mismo le dejas
como si no fueras libre,
no pudieras respirar
o desearas irte lejos
para encontrarle sentido
a esa ansiedad de querer
escapar a ningún lugar,
ni estar muerto, ni estar vivo.
Como una ráfaga fuerte
te tira de los cabellos
de repente te suelta...
Sin miedo a que te ilumine
le permites las caricias
que mezclan agua con fuego
y con el frío suspiros,
la ceguera con razones,
y el aliento con la piel.


Rufina



miércoles, noviembre 30, 2011

Ilusorios I

Ya sé que aún llegando al sol
no podré ser tu luz, ni siquiera
pretender parecerme a tu sombra...
De cerca no habrá calor
ni desharé las heladas 
de tu proyectada imagen.
No alumbraré tus caminos
ni lucharé con gigantes 
dormidos en tus tormentos,
no acariciaré los sueños
que alguna vez compartimos,
ni publicaré los poemas
que por ser de tí te nombran
despertando la conciencia.
De mi voz hoy apagada
no escucharás la armonía
que describía tus ojos,
y si soñara despierta
que me abrazas apretado,
despertaría confiada
pues no se repite un antes
aunque lo pida el amor.
No podré ser ya tu luz
aunque tenga al sol conmigo,
aunque mi alma te reclame
y mi llanto moje tu alma
con el vaho de los besos...
Aún llegue un nuevo día
y nos junten coincidencias.


©Rufina









sábado, noviembre 26, 2011

Engaños I


Para quien crea que el Arte es idea
que desconoce olvidos,
será amargo saber: es mentira.

Una vez la creación se oxigena,
no hay forma de evitar que cual fruta
madura se oxide y deteriore.
 El proceso natural sería podrirse,
pero su composición
es tan perfecta, que desintegra.

La confusión se manifiesta
entre sugestivos vocablos
con definitiva semejanza implicada.

Cuando el ente creador tiene nombre,
el producto podría no tener
ni las alas que impulsen al vuelo.
Y crecer le sería imposible
ante otro de su orden en diferente tiempo,
con la excelsa presencia del alma.

Es el Arte perfección pretendida,
estupendas pericias que al ojo se estiman
insuperables, y al alma... ¡Incompletas!


©Rufina




miércoles, noviembre 23, 2011

A la vista


Inmutable, esperaba que dejara de ser sorpresa
el forzado nuevo orden de cosas que evadían
cuando se juntaban los despojos de la guerra
que provocaron la avaricia y la ignorancia.
Los gritos de: ¡Por favor! ¡No mueran todavía!
¡Las puertas están abiertas y ésta es su casa!
Retumban tan fuerte hoy como lo hicieron antes
aunque ya nadie se sorprenda al escucharles.

No era necesario que caminaran en puntillas
para que nadie supiera, si sus pezuñas partían
la tierra de los caminos, y lo que quedaba cerca
no pudo sostenerse en pie. Todos lloramos con ellos;
cuando se desgarraban las carnes de pies pequeños
con corazones grandes, las manos clamaban al cielo,
los ojos hinchados lloraban olvidos, preguntaban...
 ¿Para qué nos quieren vivos? ¡Déjennos morir!

Nadie tuvo una respuesta y quien la tuviera
no la daría porque la ira es más pesada que el llanto,
porque las puertas abiertas ya no dan la bienvenida,
porque la avaricia del nuevo orden no se abre a sorpresas
y la muerte no se detiene porque queramos.
Cuando fragmentaron caminos nadie les recordó,
y para eliminar recuerdos nadie escucha.
¡La muerte no ha de llegar por no quererla!


©Rufina




jueves, noviembre 17, 2011

Hoy

Volvieron a posarse mariposas en mi pecho
y una ráfaga de viento acarició mi rostro.
Olía a piel tostada, a lavanda, a romero, a miel,
a aquél aroma imaginado que adormecía
cuando tu sinuosa voz recitaba ilusiones
y al filo de las urgencias me hacías el amor.
¡Qué locura hermosa aquella llena de lágrimas!
Fueron demasiado dolorosas las renuncias:
casi hasta que el horizonte dejó de ser,
en el ocaso se deshicieron los luceros
y mi norte se hizo humo, lleno de esperas,
donde ni la palabra tuvo sentido.
Hoy, regresas con el viento en su andanza,
recogiendo arenas de la orilla de tu playa,
y en la punta encabritada de una ola,
adornado de corales y de algas,
un hipocampo de oro enamorado, encontró
algunos sueños olvidados, el reflejo
de unos labios con el nunca de tus besos
y un poema de amor que ya es tan largo,
que se duerme sobre el mar, de costa a costa.
Volvió tu suave risa a enamorarme
y en el viento ha dejado otra caricia,
como cuando soñábamos tenernos
a través de el espacio fragmentado.
Hoy, conservo mariposas en el pecho,
en el recuerdo tu voz viva continúa,
y aunque me abrazo al silencio en la locura,
no abandono tampoco la esperanza
de conocer de tu amor toda delicia.


©Rufina

lunes, noviembre 14, 2011

Entonces

No imaginaba posible 
que llegaran las estrellas
a derramarse cual lluvia,
ni su fuego incandescente
de contornos dilatados
a arder en tierra fecunda
destruyendo los retoños
por buscar lo inaudito.
Ya había visitado
el escabroso trayecto
que iba hasta las guaridas
donde luego de copular
grandes serpientes ocultan 
el desechado pellejo...
Y jamás intentaría
ni llegarle muy de cerca
a la orilla de la fuente
que alimentaba las aves
para crueles, engullirlas.
La justificación
siempre pendiente y ausente,
no iba a estar en su sitio,
y detenerse en la espera
no iba a mover las estrellas.
Entonces aplazar esa
lluvia sería un inútil: 
no vestirán las serpientes
la piel antes desechada,
ni habrá fuego vertido
que la lluvia no apacigue.


©Rufina

jueves, noviembre 10, 2011

Mírame

Mírame amor, que tengo todos los colores
del alba en la piel para darte.
Deléitate en el reflejo tibio del sol
que brilla en mi sonrisa
sobre tus intranquilas aguas
y busca la húmeda frescura
de la brisa entre mis pechos.

No me sueñes perfecta, ni hermosa, ni tuya;
sólo acéptame plena, transparente, sencilla
y deshace las escolleras
que protegen mis costas.
¡Embísteme implacable!

Mírame amor, que las gotas de rocío
en mi cabello de viento
esperan que las bebas antes de evaporarse
y los prismas que reflejan
mañana no brillarán igual.
No imagines mis ojos, mis manos, mi cuerpo...
no quiero que duela el desencanto.

Mírame amor, internízame,
retenme, víveme...
haz tuyos mis sabores
liba el alimento-ambrosía de mis mieles.
Invade mis espacios, redescubre,
reconquista... ¡Inunda!
Edifica tu castillo en la cima más alta
y hurga en el abismo más profundo.

Después de hacer el amor,
bésame los ojos, las sienes
y déjame ser la dicha en tus espacios
viviendo la profundidad de tus misterios.
Mírame amor, porque cada mañana
soy nueva criatura en tí...
¡Enamorada!

 ©Rufina

Juegos 2


Juegos 2

Te has colado,
sueño bajo la ropa.

Caricias,
aleteo nervioso de mariposas,
tu fuego
me diluye.

Calor de brisa
quema lentamente.

Tú, sueño...
me llenas,
deshaces,
vacías,
reconstruyes.

Te has colado,
brisa de amor que enamoras,
colmas,
desbordas.

Bajo la ropa caricias
de fuego,
desbordado sueño,
conmigo 
te haces agua,
sin tí...
¡Me evaporo!

©Rufina


Lo dudo

Lo dudo

No tengo espacio para la muerte.

Entre las horas, me desespero
al filo ciego donde la curva
de las demoras mueve los sueños
y se levantan las tempestades
que ha milenios consumen esas
mil esperanzas llenas de miedo.

No quiero imágenes delatoras.

Cuando me entere estaré más lejos
y la conciencia ya inexistente
dará la espalda a las realidades
salvajes muestras de lo imposible.

No tengo espacio para la muerte

no hay visiones rudimentarias
de lo esperado ni lo perdido
desde ventanas siempre cerradas
como futuros desvencijados
por un martirio desconocido.

Orear los sueños sirve de poco

en los reflejos contra cristales
queda la mancha de los pecados
el techo frágil se da por roto
las flores lloran sangre podrida
las pestilencias arden las torres
de los castillos que dando vueltas
pierden la curva de las esperas
y la distancia se hace más larga
cuanto más corto se torna el tiempo.

No tengo imágenes de la muerte

que verifiquen esa existencia
tampoco habrá luego de ella
certeza alguna de haber vivido.
No quiero encuentros inesperados
no hago preguntas por el camino...
No estoy segura si ya he llegado.

©Rufina





No hay regresos



Aquellas parpadeantes luces
besaban el horizonte
cada vez más lejos, suaves...
Una amarga despedida
sobre un ocaso de ruegos,
lágrimas de grises nubes,
naranjas en centro ardiente
como queriendo fundirse
con estrellas escondidas,
como aferrarse a la vida
cuando se espera la muerte.

Buscando lejos, allí...
un rostro que no se tiene,
los ojos abiertos, ciegos,
la nueva marca del tiempo,
las tristezas señaladas
en comisuras de labios
que quedaron sumergidas
en platónicas esperas
y no llegaron al beso.

Perdidas contra el ocaso,
húmedas por la llovizna
de lágrimas que se secan
tintineando agonizantes
y besando al horizonte
como el tiempo...
no regresan.

©Rufina

Notas rosadas


Surge la urgencia.
Dedos que hurgan cuerdas sensibles
entre las capas tibias
mojadas
suaves encantos.
Guitarra tierna que se estremece
al tibio toque que la estimula
con la paciencia de los que saben.
¡Gimen las cuerdas!
¡Late madera!

Dulces acordes
que funden manos
sangre
sudores
hasta mezclarlos en las tibiezas
que abren camino a la locura.
Notas rosadas
ejecutadas con maestría,
logran el cenit
en los albores de madrugada
cuando las capas
tibias,
sensibles,
de hojas mojadas suplen urgencias
y en los sudores de la armonía...
¡Late madera!

©Rufina


Danza y latidos


Danza y latidos

Comienzo calmado...
tanteando, calentando ambiente,
las manos se mueven constantes, graciosas,
de músculo y sangre se disfruta ritmo,
se anticipa clave.

Luego, el contoneo de un cuerpo
que presto responde y se entrega,
se mueve y se tuerce al compás de cuerdas...
sintiendo en las venas cada movimiento
en certero golpe de paso seguro
late fuertemente en las limpias sienes.

Erguida la frente se tensan las piernas,
se contraen, se aflojan
y siguen el ritmo que es como de fuego.
Por breves segundos casi se detienen,
entonces... armonía hermosa
retoma con fuerza.

Pasión-plenitud que ardores externa.
El rítmico golpe se siente profundo,
conviértese en brazas de fuego que, intenso,
provoca sudores que agotan y llevan
al final glorioso... ¡faena perfecta!

En el pecho, un eco: desbocado potro.
La danza termina en temblores de gloria,
con músculo y sangre,
fatiga en el pecho y lo demás...
relajadas piernas.
©Rufina

Mi Descanso

Mi Descanso

Respiro en mis espacios necesario,
si el peso de la vida se convierte 
en la carga que agobia con pesares 
la paz que lucha sobrevivir la locura.

Tranquilidad de tardes en espera
a que suceda nada, viendo al cielo
que se goza mostrándose sereno,
recordándonos sagaz y vanidoso
que no podremos llegar hasta su altura.

Sopor que invita al sueño, al descanso,
provee de cansancio y pesadez.
Donde terminan siempre la batallas
en la total rendición de los ociosos.

Rufina

Inaudible


Amaneció y estabas
repitiendo sueños,
doliéndote inevitable,
llorando muertos de nadie.
Mientras de frente,
en ruidosa caravana
desfilan alegres,
celebrando que mueres,
bailando lo que no quieres
y cantando...
¡cantando!
A su mísera canción
te llaman, te convidan,
te tientan, te invitan...
callado, les complaces
reviviendo los años,
asumiendo el amor
como engaño,
llorando muertos de nadie.
Amaneció y allí sigues...
escuchando de otros
los cantos.

©Rufina
 

Y se sabe...


Que aquella lluvia se secaba
sobre el metal expuesto a resolana.
Agudos chirridos de madera
buscando acomodo, espacio,
se escuchaban cual agónico llanto
y la inhumana inercia le absorbía
al centro del concierto,
ignorando la llegada de mañana.

El sol no escapaba aún del todo
y sus marchitos rayos reflejados
sobre el espejo gris-agua,
parían mil duendes que, danzando,
celebran la fiesta de la huída.
Los ojos de las flores se cerraban
presintiendo en el cansancio sobresaltos,
resignadas al injusto desafuero
que convertido en ley se impuso
en inútil dormir viviendo menos.

Surgieron nuevos seres y, despacio,
la madera abandonó su llanto triste,
el espacio extendió bajo las nubes
y el cielo se llenó de sus luceros.
Los rayos se llevaron a los duendes,
el metal fue manchado por las gotas,
nueva música surgió de madrugada
y se sabe que... ¡se abrieron los ojos de las flores!
 
©Rufina

No dice nada

Entonces el amor no dice nada
de un compasivo ser que niega todo
ante la fuerza inmortal que le avasalla,
le posee, le domina y le da vida...
Y será igualmente insuficiente
dar gritos de agonía ante la luna
que contempla indiferente la marea
para no hacerse cargo de su suerte.
Es dolor mantenerse a flote en lodo
-una espera que nunca se termina-
y empezar desarmado una batalla
es tomar como un juego la pelea.
Entonces el amor no dice nada,
ni la promesa viva es aliciente...
sería cómodo dejar de lado todo,
si es que el tedio tornáramos fortuna,
renunciando al valor de ser valientes.

©Rufina
 
 

Punto de fuga 2






Se deshoja la noche
sobre un regazo de pechos desnudos.
¡Le viste de luciérnagas!

©Rufina


Tengo todo el tiempo


Hoy, tengo todo el tiempo.
Puedo hacer lo que quiera: irme a dormir temprano,
intentar leer un libro, (o tal vez terminarlo)...
organizar mi estudio o escribir un poema.
Puedo arreglar la casa, adornar una mesa,
planchar unos manteles y perfumar la cama.
Pero en lugar de eso, me detengo con calma
ante el ajado espejo que fuera mi amigo un día
y descubro una piel con poros dilatados
que yo no conocía, un escaso cabello,
verrugas incontables alrededor del cuello.
Las canas son muy pocas:
las tengo casi todas perdidas en las cejas...
Pero esos son mis ojos,
¡tan claros y sonrientes como lo fueron siempre!
Mis labios aún carnosos,
extrañan esos besos que alguna vez tuvieron
y sonríen recordando alguna travesura,
mostrándome unos dientes que orgullosa conservo.

Mi cuerpo ha cambiado al paso de los años,
dejando que el descuido le gane la partida.
Mis pechos han caído y el sobrepeso infame
ha construido llantas sobre la línea brava
que un día fue mi cintura.
La curva en las caderas, hasta hace poco suave,
no ha perdido la gracia del sensual movimiento,
pero sí alguna forma... ¡y eso sí que es muy grave!
Me río de mí misma al recordar mi empeño
de mantener mi vientre más plano de una loza,
porque me miro ahora y veo que fue inútil
tanto dolor y esfuerzo...
Pero parir exige de algunos sacrificios
y el amor pudo más que mi perfecto sueño.

Hoy, tengo todo el tiempo
para hacer muchas cosas,
pero me he decidido por sentirme contenta,
y hasta complacida con la forma en que luzco.
Ya no soy la belleza que era hace unos años,
además de las canas, este escaso cabello,
los lunares crecidos que circundan el cuello
y las libras atroces que hoy soporto de más...
Tengo una vida hermosa, vivida en mil maneras
con la sabiduría de malogradas batallas,
nunca una guerra perdida...
Con éstos, mis ojos, tan claros como honestos
y la misma sonrisa de los labios carnosos
que esperan por el beso.

Hoy no me falta nada.
Hoy tengo…
¡todo el tiempo!

©Rufina

Confesión


Si tu dolor no me hiriera,
perdería los caminos
que una vez se marcaran
entre infundados temores.
Buscando en viejos folios
dónde se indenta la tierra,
iniciaría la partida.

Si mi amor no te alcanzara,
negaría las razones
para merecer la vida,
y convocados los odios,
justo en medio de la guerra
-consagrados los rencores-
¡Moriría la poesía!

Si tu dolor no me hiriera.
Si mi amor no te alcanzara...

©Rufina


Infortunio

Infortunio

Renegados suspiros se levantan
sobre un arco construido de sudores
tan ácidos que queman la esperanza.
¡Ah, Borinquen! Se mueren tus historias
y ante la insensatez de la arrogancia,
tus vástagos se adhieren al engaño
que sugiere ganados los loores
de una gloria sin fin que nunca avanza,
un paquete de folios olvidados
donde no se escribió cientos de años
y el dolor del olvido reafirmado.

Ni esos años alivian el tormento:
desde noches de grillos y coquíes,
hasta anuales cigarras congeladas
debajo de raíces sin la gracia
de ofrecer una flor al desconsuelo.
Desde calor de sal y frescas palmas,
hasta el anochecer de cruento invierno…
donde amarga el olor a dulce fresco,
y las flores no exhalan sus fragancias,
hasta el amanecer de mis desvelos.

Mas allá de la muerte de millones,
más que a fuerza vivir un parto eterno…
Desde donde se encuentran las verdades
hasta donde se funden las razones;
desde donde han de morir los grillos,
hasta donde se acallan las cigarras…
Cada vez es más duro y más profundo;
más que el sumario juicio a los cobardes,
desde el enfermo afán de perpetuarse,
hasta el nuevo brillar de tu horizonte.

4 de febrero 2009
Añasco, Puerto Rico




No quiero





Hoy no quiero
escuchar las quejas
que ya nadie atiende.
No estaré,
cuando llegue a mi puerta
anunciando su duelo
la negra mariposa
que se libera pronta
a acompañar desgracias.
Ni siquiera los cirios
con su luz mortesina,
ni una flor, ni una pena,
una lágrima, un grito...
harán brotar del cielo
el necesario alivio.
No existen oraciones
que no hayan sido dichas,
ni ha quedado mortaja
sin haber sido usada.
Hoy no quiero
el falso compromiso
de una comitiva
que ante toda tragedia
no ha sido solidaria
compartiendo lo poco
que para otro es mucho,
curando el dolor del hambre,
cubriendo cuerpos desnudos,
entregando refugio
a quienes no eligieron
ser las víctimas tristes
del terror y la insidia
que acarrea desconsuelo.
No quiero
ser parte del engaño
que empuja a la contienda,
añadirme a la queja,
tener siempre respuestas
para lo que no escucho...


©Rufina

Sorpresa

Sorpresa

Marzo llegó de pronto,
con un golpe de hielo
en el rostro desnudo,
el ardor en los ojos
vaticinando iras,
y los labios resecos
clamando por un beso.
No hubo tiempo al escape
cuando entre malas yerbas
agonizaron solos
incipientes capullos.

Marzo llegó de pronto
buscando un acomodo
y sin ser bienvenido,
a intentar -nuevamente-
encontrar entre muertos
una raíz que en tierra
haya sobrevivido
la rabia de los siglos,
dispuesta a los reencuentros,
a un nuevo horizonte...
¡Recobrar lo perdido!

©Rufina


El cuento de nunca acabar




De regreso al encuentro de nuestro norte, como cuando las afiebradas tardes daban razones a la esperanza, y flotaban los sueños entibiando los días sobre cimientos de aire que abatidos y débiles enfrentaban los miedos.Nunca estuvieron lejos, sino de la ceguera que amenazó desaparecer y devolvernos a la desprotección. Como estuvimos antes... Como estuvimos siempre... 
Como estamos ahora.


La lírica de las sirenas no ha cambiado en milenios, pero aparece nueva a quienes se consumen soñando con perderse dentro de remolinos que dejan atrás sus colas. No existe persuación ante la perspectiva de asumir lo perdido y, con el tiempo, se abren los sentidos y la virtual vivencia de las cosas sin rostro, hace que lo imposible nos mire de frente buscando afirmar pasos, respirar profundo... ¡aferrarse a la vida!


Justo antes de la meta, hay quien renuncia a todo por sentir el tormento de haber estado ahogado por demasiado tiempo... y hay quien llegando al cielo, abandone su nube y se lanze al vacío creyendo tener alas. La realidad se impone, porque estamos muy lejos de abrazar lo perfecto, tener las soluciones para todo conflicto, cumplir responsables con nuestros compromisos, encontrar la vereda que un día nos redirija a ese norte perdido por negar la simpleza del honor de estar vivos.




©Rufina