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jueves, junio 16, 2011

Hijas de América


Recostadas una al lado de otra
para aplacar el frío en los huesos
la piel, el alma... que cala profundo
y duele hasta matar conciencias
devastadas por rampante abuso
tomadas a menos, ultrajadas...

Desprotegidas por ignorancia
atadas a la ignominia, odiadas
forzadas a denigrante escasez
más allá de las sucias ventajas
en una nube de feos engaños 
donde amor y dignidad perecen.

Sueño libertario desmembrado
en ese tren de ida sin retorno
que se ha llevado algo de todas
y ha dejado torpes excusas
tan inservibles explicaciones
como acierto: futuros de muerte.

La sombra de herencias enfermas
sino de niños que debieron ser
luz de porvenir, vilipendiada
sangre extenuada por siglos de odios
diligenciando entes famélicos
palurdas visiones de mañanas.

Recostadas una contra la otra
compartiendo luz de albas y ocasos
se mecen en la misma hamaca
esperando que florezca ese día
y llegar a la danza gloriosa
logrando reivindicar deshonras.

Entonces serán mucho más grandes
rehaciéndose, manos limpias
cada herida de muerte, sana
las mañanas de futuros reales
en ocasos de paz, el descanso
cada infame dolor, redimido.

 Proclamará el amor la falda
conformada por siglos dormidos
tres de cuatro partes de América
sentirán la tibieza que exalta
el retorno al fin de la riqueza
de su nueva y robusta conciencia.

Han de mirar al frente las hijas
tiernas y visionarias, promesas
que el dolor y el abuso formaron
en honrosa fuerza inapelable
por generaciones labradoras
ahítas de historias de miedo.

No más robos, palizas o llanto
ni invasiones de excusas baratas
No más ciencia de ofertas, inventos
ni rapto, humillación, deshonra...
Sin ayer construirán el mañana
se abrirá infinito este cielo. 

©Rufina