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viernes, agosto 17, 2012

Incentivo






Incentivo



Me estimulan tu voz y tu suspiro
enredado en la espera y en el tiempo,
y me sacude el alma que me hables
de la canción-poema que se escucha
sobre las pieles de ambos... ¡en silencio!

Siento en mí los temblores de la muerte
cuando en paradojas incomprensibles
me hablas de la vida entre tus brazos
describiendo tus labios recorrerme...
para finalizar sobre mis labios.


Porque un beso lejano sabe a fiesta
de alegrías ruidosas y miel fresca
que despierta sentidos en el aire,
que invita a llegar con tiempo a la danza,
que no acabará aún amanezca.


Me estimula soñarme en esa danza
de cadencias que esperan descubrirse
amanecer feliz en un abrazo,
y sedienta, beber de la esperanza
verde eterna en tu voz y no morirme.

Es incentivo sentir simplemente,
e intentar retenerte en el espacio
donde la angustia crece aún más grande,
las esperas se tornan dolorosas
mientras necesitarte es a mi lado.


Rufina


viernes, junio 29, 2012

Conquista



Conquista


Cuando al fin logre encontrar la salida
al campo abierto de su cuerpo
y abandone la cárcel injusta que en el tiempo
ha intentado matar las ilusiones todas,
rasgará con las uñas esas barras malditas
del odio, de la infamia, y encontrará la forma
de llenar los vacíos dolorosos de siempre
con estrellas robadas y perfumes del alba.

Recorrerá extasiado esas suaves colinas
y los extensos valles de su cuerpo tendido,
descubriendo, invadiendo, tomando y conquistando...
¡Los territorios nuevos que encuentre en el camino!
De su miel y su leche saciará la sed de años,
y de tus frutos ricos recibirá alimento.
Dormirá abrigado por la piel de sus brazos
y su hombro de almohada disminuirá el cansancio.

En las noches de luna, extasiado en sus ojos...
inventará canciones con melodías divinas
para acunarle suave, como a un niño dolido
y que en su pecho encuentren el consuelo
a sus penas, el apoyo a sus cienes
y a su quebranto, olvido.


Y cuando ya esté cerca un nuevo día de retos,
estará para hacerle más leve la jornada
y atar a su cintura la luz que antes temía
se fuera en escapada prolongando la noche...
Y volverá al camino en ese campo abierto
que es su cuerpo tendido labrándole constante
el campo agradecido de la salvia que ofrece,
y ella, quieta, muy quieta... reencontrará la vida
que creía perdida y en sus brazos se mece.



Rufina
15 de octubre 2014




lunes, junio 04, 2012

Atrapada fantasia

Atrapada fantasía

Me pareció osadía retenerte.
Aún así, lo prefería a tolerar
el dolor que sugería partir.

Me ganó la cobardía y por no dejar,
me detuve en un instante de la espera:
La forma de poder mostrarte amor.

Si de cualquier forma estaba perdida,
¿Porqué no alargar la angustia
creando fantasías tratando sobrevivir?

Me pareció una osadía, pero el reto
era tan claro como mi idea de aceptarlo:
Sucumbir era el final de la pena.

Entonces deshice miedos 

para lograr alcanzarte
 retuve mustias esperanzas.

Ningún viento iba a evitarme volar...
Mi vida estaba perdida entre el soñar 

y el tiempo que avanza sin poder detenerlo.
El dolor no será menos 

solo por mostrarte más amor.

Me pareció una osadía, pero estás
 hasta que digas y entonces...
La vida se hará más corta.





Rufina



Otro camino

Otro camino

Y mientras tus pies descalzos
encuentran caminos nuevos,
mis raíces aéreas insisten
en llegarte más de cerca
en el trabajo sagrado,
(aún siendo invisibles),
de crecer, multiplicarse,
encontrarme en tu norte
buscar la fiesta de vida y...
¡ser invitada al baile!



Rufina







domingo, junio 03, 2012

No hubo perdidas

No hubo pérdidas

Decenas de años buscando un culpable.
No hubo respuestas.

Miles de aventuras, 

cientos de hombres muertos,
un sin fin de sueños, 

planes en agenda
que nunca se hicieron.
Largas las historias 

que no han de repetirse
y no tienen espacio 

para enmendar errores.

Ha tomado su curso,
escogiendo y llenando

incontables historias, 
construyendo mañanas
surgidas desde un hoy
que ya no tiene ayeres
.

Decenas de años buscando un culpable
que nos justificara.

Pero no hubo razones,

como no hubo respuestas,
y lo poco logrado
se perdió en vanaglorias
por ser tan desiguales
y ser tan inhumanos.
Incomprensión y odio,
eterna iniquidad...
Rebosan nuestras copas
con malsanas propuestas,
cientos de hombres muertos
no dejaron historia,
porque llamando al diablo 
creyeron no iba a venir.


©Rufina



Pereza

Pereza

Hoy que llueve y el amanecer, necio,
no ha querido dejar salir al sol.
Especialmente hoy que no estás
y hace falta sentirte acurrucado,
con tus pies fríos... ¡y tus manos tibias!

Nada puede con mi tristeza.

Hoy no quiero nada. No quiero nada.
Ni pensarte, porque hace más triste
este amanecer sin tus pies, tus manos,
y tu cuerpo abrazando mi tibieza...
Las nubes recordando que te fuiste,
ocultando al sol para reafirmarse
en el engaño de que se acabó,
que no alumbra más, que no hay salida.

Hará falta sentir tus manos tibias...
A ti te hará falta acurrucarte.
Asumirás con tristeza la verdad:
El sol brilla oculto bajo las nubes
preñadas de lluvia anunciada,
y que estaré igual sin hacer nada,

vencida por la apatía, que mata,
y a esta tristeza hace más honda.



©Rufina



sábado, mayo 26, 2012

Cosas

Apabullan las pretensiones de las pequeñas cosas.
Cuando no hay manera de que aporten al crecimiento
cuando de repente se desnudan esos espejismos
que pintaban transitoria realidad hecha,
poses defensivas entre quienes no fueron
aquellas, las indiscutibles responsabilidades.


La ausencia de opciones obliga a encontrar
justificaciones a irreales, perdidas metas
donde no existen caminos a ningún lado,
fortuitos encuentros... esperanza, además.
Cuando dejan de celebrarse las coincidencias 
se hace materia toda decepsión.

Se vislumbra agonía frente al fracaso,
cristalizan ojos, pupilas dilatadas...
Los enrojecidos párpados evidencian
que es posible llorar en ausencia de llanto.
Las pequeñas cosas retoman su importancia,
su fuerza abrazadora destruye falacias.

Cambios necesarios han quebrado conciencias,
marcan los corazones, avergüenzan almas
que abrazaron los caminos inexistentes,
celebraron muertes de poses transitorias;
desnudos defendieron sus irealidades.

Seguirán apilándose todas las cosas 
y el desorden justificará los errores,
hasta que alguna vez esa desesperanza
empuje doliendo, y ya no haya manera 
de recuperar la realidad del fracaso.


©Rufina



Descolgaste *

Descolgaste


Descolgaste desgarrado el viento de iras.
Aquél que maldito levantó las cenizas 

de los miedos inventando pretextos para 
detener los tiempos que el principio destruía.
¡Y existir fue necesario entre tus brazos!
Se detuvo la caída colada de luz 
liberada aquél instante tornado en decir.
Esos miedos levantados fueron inventos 
malditos por cenizas descargadas,
 necesidad detenida en pretextos y viento.
Desgarraste la ira y destruiste necesidad,
como si levantar el tiempo descarado
fuera del principio importante existencia.
Como si aquél maldito instante, fuera la luz
y detenida ira, miedo... pura ceniza.
Existir fue necesario entre tus brazos
para sostener la caída de los miedos
apoyando instantes decir sin importancia...
Pero la luz colada tocó los pretextos 

y fueron las iras necesario principio.

©Rufina

martes, mayo 08, 2012

Debo decir

Debo decir

Debo decir que, conmigo me siento muy a gusto.
Lo vivido, me da una sensación de plenitud
maravillosa y me llena la vida de emociones.
No me detengo en esto, por supuesto.

Sería un craso error el conformarme con lo poco
o lo mucho ya vivido, siendo que hay mañanas
que me esperan para hacer realidad 

los sueños nuevos.

Me siento muy a gusto con lo hecho,
más, aún queda un mundo por hacer...

Con esta plenitud no es suficiente para llenar
el tiempo que me queda y debo decir...
¡que aún me queda bastante por vivir!

Conmigo me siento muy a gusto, pues he logrado hacer
lo que he querido y de malas decisiones sólo quedan
las piedras que me estorbaron el camino,
que habré de remover en su momento y si no,
las saltaré gustosamente en mi escoba.

Con la fuerza que llena mis adentros, metas claras,
el esfuerzo por no hacer juicios (ninguno)
y la urgencia del andar sin detenerme,
no habrá forma de quedarme jamás sola, pues,
debo decir que...
¡Conmigo me siento muy a gusto!

Irely Martínez Montes©





Amo tus zetas perdidas



Amo tus "Z'etas" perdidas


Amo tus 'Z'etas perdidas,
tus gorrion'Z'illos dormidos
en los naranjos de a'Z'eras
que bordean tus adoquines.
Amo tu 'J'ota arrastrada
y tus guitarras patriotas,
tus navegantes perdidos
encontrando nuevos mundos.
Los 'Z'ielos que poseíste;
amo tu afán de conquista
de horiZontes limitados
que expandes en madrugadas
con el alpiste robado
a los gorrion'Z'illos tristes.

Amo tus 'Z'etas perdidas
en la sangre de los míos,
misma que ha enrique'Z'ido

cruZando todo horiZonte;
más espeZa y más potente,
por ser parte de la tuya.

Rufina - 16 de agosto de 1999.



Irely Martínez Montes "Rufina"




martes, mayo 01, 2012

Lento, lento, lento

Lento, lento... lento


Inundando entornos las delicias
de nuestras intimidades
nos llevan... lento...
A los besos que queman la piel
 a obsenas caricias que redescubren
lugares recónditos, profundos
donde la lava del volcán
hace que madure la fruta
que se ofrece abierta, descarada
a tu boca que bebe, lengua que liba,
lento, lento...
el néctar de dioses que quema
y se esparce con grosura.
Y lento, lento...
entran en mí tus latidos,
jadeos de viaje al infinito
marejadas de tu mar que llena,
invade, inunda...
con fuerza, posesivo, exigente,
y se agranda la urgencia,
y después...
los latidos se hacen
cada vez más
lentos, lentos... lentos.





Rufina

jueves, abril 26, 2012

Dualidad

Dualidad

Perdiste las alas por 

miedo a alzar el vuelo.

Y quedaste a la espera 

de nuevos horizontes;
de espacios elevados
con el áncora rota
y los sueños perdidos.

El estertor de siglos 

casi estaba ignorado
y buscando razones 

reinventaste la vida.

Te desdoblaste inmenso
hiciste malabares
sobre el borde mortal
de todos los abismos.

Confrontaste la muerte 

a pesar de temerla
y fueron sus misterios 

los que al fin te ganaron
con la vida y la muerte
peleando de tu lado
no habría la forma
de encontrar la salida.

Te envolvió el 
vicio 
de sentirte invencible,
pero nunca lograste 
reconocer tu imágen
en las caras inertes
de sonrisas y penas;
puestas igual al filo
del más profundo abismo,
desdobláronse inmensas 

para burlar la vida
y silentes, tranquilas... 

miráronse en tu espejo
y deseando esa muerte.


©Rufina

lunes, abril 09, 2012

XIV - (de mis primeros intentos)

XIV

No es realmente importante el querer lamentarme;
a este punto no hay forma de rehacer el pasado,
pero una rabia sorda hace que mi cordura
desvanezca de pronto y mi ser se rebele
contra esta vida a veces tan cruel como engañosa...
y me duelan las cosas que hice y que no hice,
lo que pude haber hecho y pude haber amado.

Cada vez que recuerdo que no estás y te quiero,
cada vez que te siento dolido y lastimado...
reniego del momento negado a nuestro encuentro,
porque le dio ventaja a quien ha hecho añicos
las esperanzas nobles de un corazón honesto,
destruyendo de un golpe todo lo ya logrado.

Sí, es injusta la vida cuando con toda saña
permite que suframos lo que no corresponde,
que vivamos en pena por amores frustrados
y haya que agradecerle todo lo que nos daña.

Quien estuvo en tu vida por los mejores años
disfrutando los besos que yo nunca he probado,
mirándose en tus ojos, sintiendo tus caricias,
permitiéndose el lujo de ser siempre primera,
me lleva la ventaja de haber sido a tu lado
realidad que palpaste y no simple quimera...

Más yo no cejaré en mi angustioso empeño
de llegar a tu espacio y darte de mí todo...
y mostrarte con hechos que siempre sí es posible
encontrar unos brazos que se ofrezcan gustosos
a darte ese descanso que siempre quedó en sueño.

No es realmente el querer lamentarme...
Cada vez que recuerdo que no estás y te quiero
y me duelen las cosas que a mi ser desencajan;
es que aún no he logrado recibir el consuelo
de entender el porqué de la vida negarse
a jugar un juego limpio, sin sacarme ventaja.



©Rufina

martes, abril 03, 2012

Sin idealizar


No es tan simple pretender ser optimista
estando la conciencia viviendo en sueños,
viendo las raíces enterradas,
en el empeño de encontrar las razones
que tengan a la vista toda respuesta,
sin endilgos supérfluos y sin más daños.

Quizá sea soñando que haya salidas
a este laberinto que aquí nos mantiene
perdiendo el tiempo, caminando lo andado,
renegando por no saber de existir.
¿Quién se preocupa de poder salir?

Escuchamos de quienes se inventan sabios

imponiėndose para que aprendamos 
lo que es ley natural, nuestra existencia, 
absorbemos sus sandeces y demandas 
sin notar esas raíces aéreas
que nunca les permiten alimentarse.

No es simple pretender ser tan optimista,
después que
 creimos hacer lo necesario
para poder subsistir sin los engaños
que hemos asumido enorme realidad,
pero es fácil dar vueltas en el laberinto
que darse cuenta que podemos ser libres
viendo el cielo arriba y queriendo volar.



©Rufina

martes, febrero 07, 2012

La importancia de la narración de historias en la existencia humana

Rafael Echeverría

En su afán por la búsqueda de sentido, los seres humanos inventan y narran historias. Tan pronto como los niños adquieres competencias mínimas de lenguaje, comienzan a preguntar “Por qué”. Todos sabemos lo difícil que resulta a veces saciar su curiosidad. Desde la infancia, todos vivimos esa urgencia básica de darle un sentido a lo que ocurre alrededor nuestro. Si examinamos esto con mayor detenimiento, nos daremos cuenta de que somos la única especie que inventa historias.
   Esta compulsión por contar historias no es trivial. No es algo que hacemos “además” de muchas otras cosas. Es una de las cosas más importantes que hacemos. Si nos preguntan quienes somos, contamos una historia. Nuestra identidad se constituye como una historia que contamos acerca de nosotros mismos. Es una historia que nos posiciona en el mundo. Y cuando nos preguntan acerca del mundo, contamos otra historia. Nuestro mundo es siempre una historia acerca de cómo son las cosas que nos rodean.
   No nos relacionamos con nuestro entorno como si éste fuese una colección de entidades y acontecimientos separados. Cualesquiera sean las entidades y acontecimientos que distingamos, los organizamos, les damos un orden que podrá ser más o menos acabado, a través de historias que los relacionan unos con otros. Puesto que nosotros, como individuos –como identidades personales– somos una historia acerca de quiénes somos, y puesto que todos vivimos en un mundo que es también una historia, podríamos decir que los seres humanos son historias dentro de historias, todas ellas producidas por nosotros mismos. Hemos sido creadores de mitos desde nuestras formas más tempranas de existencia social. Esto es constitutivo del ser humano.
   A veces, sin embargo, nos parece que los creadores de mitos eran nuestros antepasados y no nosotros. Pensamos que ellos eran los que vivieron en mundos míticos y que nosotros abandonamos esa forma de ser hace ya algún tiempo. A diferencia de ellos, sostenemos que nosotros hemos dejado de necesitar mitos pues sabemos cómo son las cosas. Para remarcar el punto, hablamos, por ejemplo de nuestras explicaciones científicas. Pero nuestros antepasados también pensaban que sabían cómo eran las cosas. También consideraban sus historias como representaciones verdaderas de la realidad. Si observamos nuestras explicaciones científicas, debemos admitir que ellas también son historias. Historias que son más efectivas que otras, historias que están fundadas de manera que hemos llegado a aceptar como más poderosas que otras, pero al final, las explicaciones científicas no son sino narrativas que producimos acerca del mundo.
   Generalmente, no vemos nuestros mitos como mitos ni nuestras historias como historias. No nos damos cuenta de que incluso lo que decimos acera de nuestros antepasados es una historia. No hay salida. No podemos escapar del tejido que creamos con nuestras historias. Los seres humanos viven “en lenguaje”: viven al interior de las historias que construyen para otorgar sentido a sí mismos y al mundo que los rodea. Martin Heidegger, que como ya hemos señalado ya, insistía en que el “lenguaje es la morada del ser”, observó nuestras historias como “edificios que cobijan al hombre”. Reconoció que el hombre no es solamente el productor de sus historias, sino, antes que nada, el producto de ellas. “El hombre actúa”, escribió Heidegger, “como si fuese el artífice y el maestro del lenguaje en circunstancias que es el lenguaje el que ha permanecido como maestro del hombre”.
   Las historias funcionan como refugios para los seres humanos. Toda sociedad es albergada dentro de algunas estructuras fundamentales compuestas de narrativas. Las llamamos metanarrativas o metahistorias. También las llamamos discursos históricos. Son componentes esenciales de una cultura particular. Al mirar la historia, la literatura, la religión y la filosofía de una sociedad determinada, lo que estamos haciendo es examinar aquellas metanarrativas que constituyen uno de los pilares más importantes de esa sociedad. Ellos son las historias básicas a partir de las cuales confiere sentido a su vida. De acuerdo a cómo una colectividad humana le da sentido a su vida, aparecen diferentes formas de existencia humana.
Historias y acción.
En algunas secciones anteriores pudimos observar de qué manera las historias a menudo nos distraen de ejecutar acciones. Escribimos que, al permanecer en las historias que resultan de las “conversaciones de juicios personales” (en las que desarrollamos interpretaciones del por qué las cosas están como están), a menudo nos distraemos de emprender las acciones que nos ayudan a superar nuestros quiebres. Caemos en una actitud pasiva de la cual no surgen compromisos para cambiar las cosas Hemos señalado el papel negativo que pueden desempeñar las historias con respecto a la acción.
   Sin embargo, ahora queremos enfatizar que algunas actividades que tienen que ver con la creación de historias también pueden desempeñar un papel positivo con respecto a nuestra capacidad de acción. De hecho, este es el papel que desempeñan las historias para definir  diferentes formas de vida humana y para otorgar sentido a la existencia. Es desde la actividad de inventar historias que desarrollamos una visión del futuro y, por lo tanto, abrimos un horizonte que nos va a impulsar a emprender acciones. También es a través de la invención de historias que desarrollamos una visión del futuro y, por lo tanto, abrimos un horizonte que nos va a impulsar a emprender acciones. También es a través de la invención de historias que desarrollamos el trasfondo que dará sentido a desafiar el presente y a realizar acciones. Muchas veces actuamos a partir del hecho de que tiene sentido hacerlo así. Generalmente, son aquellas historias que tenemos acerca de nosotros y del mundo las que proveen  el sentido desde el cual la acción surge. La acción jamás ocurre en un vacío. Ocurre desde el entramado de historias que le confieren a tal acción su sentido.
   Los movimientos sociales, esas fuerzas colectivas que tantas veces han cambiado el curso de la historia, son productos de narrativas convocantes que han tenido el pode de unir a la gente en torno a una causa común. Esas historias operan, en el decir de Antonio Gramsci, como el “cemento” que mantiene unidos a los individuos que integran el movimiento social. Los movimientos sociales son sólo un ejemplo, entre muchos otros, del poder de las historias, o del poder de los mitos.
El poder de la invención de historias en las relaciones.
Postulamos que para generar relaciones estrechas necesitamos más que tan solo encontrar formas mutuas de coordinar acciones. Ciertamente, una efectiva coordinación de acciones es importante, pero no siempre es suficiente. Las relaciones estrechas, y en especial las relaciones íntimas estrechas, generalmente se basan en un trasfondo básico compartido que les confiere sentido. Estas relaciones –además de las acciones conjuntas– son capaces de generar su propia significación. Generan el sentido del estar junto a aquellos que participan en la relación.
   Nuevamente, esto ocurre de manera decisiva en las conversaciones que constituyen esa relación. Al estar en conversación, la pareja se involucra en el proceso de construir historias compartidas que le darán sentido al estar juntos. Sus conversaciones se asemejan al proceso de hilado, en que se va produciendo el ejido que sostiene la relación. Al estar en conversación, ambos integrantes de la pareja entran en un proceso de transformación mutua. Sus historias se entremezclan. Luego, según la calidad de esta fusión de historias, se desarrollará un trasfondo compartido, un espacio de consenso, se producirá un mundo compartido, un espacio de consenso, se producirá un mundo compartido, y aparecerá una sensibilidad compartida por quienes integran la relación.
   Todo esto genera lo que el biólogo Humberto Maturana ha denominado un proceso de transformación mutua congruente entre las partes involucradas. Con el tiempo, ellas observarán lo bien que se complementen, lo bien que pueden, incluso, anticipar las acciones y reacciones de cada uno. Todos hemos sido testigos de este fenómeno en parejas, amigos, equipos y empresas. Normalmente, le llamamos a esto una buena relación. Lo que se ha producido es lo que nosotros llamamos una cultura sana para la relación.
   También hemos sido testigos de lo contrario. Hemos visto cómo algunas relaciones se han roto y cómo los compañeros involucrados parecen distanciarse cada vez más a medida que transcurre el tiempo. Cuando esto ocurre, bien podríamos hablar de “incompatibilidad de caracteres”, de distintas personalidades. Pero con ello estamos utilizando el resultado de lo que sucedió (el que mostraran no compatibilizar), como explicación de que ello sucediera. Estamos usando el resultado como causa. La “incompatibilidad” no es un factor dado en una relación. Quien la produce es la relación misma y, por tanto, las conversaciones que configuran esa relación.
  Deseaos, por lo tanto, enfatizar este aspecto de nuestras conversaciones: su capacidad de crear un mundo compartido en que cada parte vez a la otra como copartícipe en la invención de un futuro común. Las conversaciones pueden crear esto. También pueden destruir la posibilidad de lograrlo. Cuando producen una cultura sana, juzgamos nuestras relaciones como “cálidas” y observamos nuestras casas como “hogares”. Se convierten en mejores refugios, mejores edificios en los que morar. Estas nuevas estructuras han sido producidas por el lenguaje, sin conversaciones.
   No es frecuente darnos cuenta de que nuestras conversaciones producen culturas positivas y negativas. Encontramos a algunas personas a quienes les va bien y a otras mal en sus relaciones. Algunos de nosotros parecemos competentes para construirlas y otros parecen no saber hacerlo. Todo esto sucede como si fuese decidido por la existencia de talentos personales ocultos. Postulamos que, mediante las distinciones que hemos presentado, podemos observar el fenómeno de la construcción del mundo compartido a través de las conversaciones. Este nuevo observador nos puede permitir diseñar nuestras conversaciones en forma tal de hacernos responsables por el tipo de relaciones que estamos generando.

Rafael Echeverría. 
“Ontología del lenguaje”. 
Editorial Granica.  

lunes, enero 30, 2012

Si no fuera porque sabes, sino fuera porque se...



Si no fuera porque sé que el tiempo
es irrecuperable y la distancia insalvable,
esperaría con ansias que los deseos
que antes compartimos pudieran ser...
Porque sabes que el Amor ha sido
desde siempre, a pesar de lo perdido,
de golpes de viento que sobre el mar
transportaban mis besos hasta tu boca.

Pero el espacio no cedía y, asunto de tiempo,
el vacío habría de llenarse...
Colapsaron los castillos que con tanto amor
se construyeron, aún llenos de esperas.
Besos hechos pedazos, remanentes
en su momento, razón de mi vivir...

Por siempre la razón de mi locura. 
Todavía tengo en la piel la marca;
golpes que recibí por los destrozos,
como estigma, reafirmando la cobardía
que usurpó el lugar en mi cuerpo
que siempre, mal que me pese, será tuyo.
El escondrijo de mi corazón.
¡Lo que hay bueno en mí que te pertenece!



Si no fuera porque sabes...
Y si no fuera porque sabes que sé...


©Rufina




Entre tierra y muerte



Derramarse sería lo propio
cuando no aparecen alternativas
y el torrente, resbalando se libera,
aún el rojo no armonice con los ojos
ni estén las venas expuestas.

Cuando la sangre salpica
y pega contra paredes de cal,
se desliza hacia abajo
llegando a los bordes del suelo...
¡A donde la tierra las bebe!

Ante los ojos, miles de ojos
esperan entender el proceso,
pero ganan los miedos y más allá
de la curiosidad se confunden,
se olvidan y se pierden.

Y dejan de ser lo propio
todas las alternativas, el rojo...
Entonces invade el miedo
y se pierde el torrente de sangre
de las venas abiertas a los ojos.

Cada uno se siente en el pecho
como daga urgando, sal en la herida,
y en los ojos, imagen perenne
de sangre que salpica, rueda y llega...
¡A donde la tierra las bebe!

©Rufina




miércoles, enero 25, 2012

Nota Póstuma a Sylvia Amparo


Amiga hermosa, que caminaste niñez, adolescencia y joven madurez a mi lado, te recuerdo siempre con amor hoy que no estás en este mundo de envidia y malos quereres.  Hoy que es mayor el dolor de la ausencia que el de la distancia.

Aún te veo con tus trenzas largas de cabello rebelde y duro, con tus muñecas y tus gatos, con tu voz melodiosa y tu dulce mirada.  Cantando aquella canción de cuna que aprendimos juntas...  Con tu toga blanca, tu ramo de azahares, tu velo de novia y tu gran corazón... ¡Y aquella hermosa inocencia de niñez prolongada!

No olvidaré jamás aquél gran dolor, cuando lo más caro a tu vida partió a destiempo.  Pienso en tu adorada Madre y no puedo contener las lágrimas. ¡Era tan mío todo lo tuyo!  
Entonces no estabas lista para lo que todos esperaban.  Te refugiaste en Dios y yo me refugié en tí, porque dentro de tu imensa tristeza estaba constituída tu fuerza y tu valor.  
Siempre estuvimos cerca una de la otra, aunque la distancia nos apartara.  Nos vimos convertirnos en mujeres, cada una con vida propia en un solo corazón.  

Vieja amiga, la última vez que nos vimos sé que tenías mucho que decirme... No pudimos hablar, pero a pesar de que mis palabras ya no te den consuelo, y mi solidaridad no te alcance... Siempre estoy de tu lado: aquí estoy, ¡escuchándote!


©Irely-Rufina



jueves, enero 19, 2012

Será


El día anuncia la tormenta, 
muerde el frio los huesos, 
la humedad se adhiere a la piel, 
irreverente, el miedo
hace mella en las ruinas. 

Despertando torpes recuerdos
se agolpan las vivencias,
quereres sin ataduras... 
No existen formalidades 
ni timidez estudiada. 

Ahora que quiero odiarte, 
la mordida del frio sigue 
a pesar de que lágrimas 
de vergonzosa impericia 
cubrieron las verguenzas. 

Irreverente cuelga 
un tendedero de recuerdos 
meciéndose burlón 
ante una piel de vivencias, 
donde la humedad se torna rio.

Caudal indómito donde los huesos
reencuentran recuerdos, 
danzando sobre sus exequias, 
abrazados al desconsuelo  
mientras no salga el sol.

No habrá reconciliaciones
y la vena desbordada
que pariera frescuras,
será abierta, generosa,
mal que el amor nos pese.

Será que la lluvia se acerca
cargada de excesos alguna vez
olvidados por impericia,
vergüenzas, sin existir
formalidades.

Será que regresa la lluvia...


©Rufina



Como antes

Como antes, sonríe de mañana al recordarme.
En un pliegue del lino de tu almohada
busca y aspira del perfume que una vez
mi tesoro abismal bien te ofrendara.
Luego adórname los pechos con los besos
que prendiste de mis labios con el miedo
de no poder después recuperarlos. 

Como antes, suéñame releyendo el parnaso
que nació de la urgencia de tus manos 
cuando moldeaban las musas en mi cuello 
listas a abrir camino hasta el refugio
donde el néctar libado se hace mieles
denso, ambarino dulce y nutritivo
que supliría tu afán de saciedad. 

Como antes, cántame las hermosas coplas
que inventadas al aire no permitan a nadie
reclamar pasionales caricias -solo mías-
y cuélgame al extremo de tus alas
para volar al ido, capturado Universo
a extremos de un océano que, rabioso,
no permitió jamás ser persuadido.


©Rufina