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domingo, diciembre 25, 2011

Diciendo

Parece mentira que a estas alturas de la existencia del hombre, y habiendo lidiado con miles de conflictos durante el desarrollo de la humanidad, aún nos queden asuntos que deberían haberse solucionado desde que surgieron.  Pero claro, lo que es egoísmo acaparador para unos, es simplemente el 'modus vivendi' de otros, habiendo tanta gente en el planeta y tan diversa, no debe extrañarnos que en algún punto del camino nos hayamos perdido unos a otros.  
No es fácil el bombardeo que recibimos constantemente desde que hay intereses dispares, políticas elitistas y abusos sistematizados.  Desde que el mundo es mundo ha sido así, y aunque siempre hay quien mire y vea, escuche y hable, quien controla los poderes (político, económico y social) siempre ha tenido las de ganar.
Hasta hace poco todos conocíamos esta realidad sin retarla, pero ha surgido un movimiento como todo movimiento surge: por la necesidad de decir BASTA. Por la necesidad de recuperar espacio.  Por la necesidad de reclamar lo justo.

Con más de mil millones de hambrientos en el mundo, los esfuerzos de las grandes potencias quedándose en promesas, el analfabetismo rampante y el crecimiento de las crisis económica, no es secreto ni asombro hasta en el país más rico hay niños muriendo de desnutrición. Uno de cada siete hogares en el mundo no tienen medios para comer más de una vez al día, y mucho menos cuatro de siete días en una semana.  Aunque la productividad continúa en aumento, la bonanza no llega a las mesas de los trabajadores, dada la ambición desmedida de unos pocos que se siguen enriqueciendo a costa del menos favorecido. 
Anualmente mueren un promedio de cinco millones de niños en el mundo por hambre y por enfermedades prevenibles, (como la neumonía o la diarrea). En los Estados Unidos los números son menos drásticos, pero el solo hecho de que haya casos es absolutamente vergonzoso, pues mientras grandes intereses toman ventaja de enfermedades inventadas y las convierten en "pandemia" creando pánico global, producir medicamentos supuestamente infalibles y encima hacer su uso prácticamente obligatorio para el ciudadano común, el calentamiento global produce eventos (aparentemente naturales) que arrasan con cosechas, secan arroyos y fuentes de agua potable, por mencionar algunos.  Además, los 'accidentes industriales' que han contaminado el Golfo de México, el uso sistemático e irresponsable de uranio empobrecido en la Colonia (territorios ocupados) por la Marina de Guerra de los Estados Unidos, que ha hecho que la incidencia de cáncer sea mayor en la Isla de Vieques que en la Isla de Puerto Rico, ha contaminado todo el terreno cultivable hasta el punto de que allí nadie puede consumir lo que la tierra puede producir, ni beber sus aguas, excepto claro, en las áreas resguardadas para las bases de La Marina de Guerra Estadounidense, a donde los viequenses no tienen acceso.

¿De qué se jactan los grandes líderes de esta Nación?
¿Será que el auto nombrado derecho de intervenir en la política de otras naciones, invadir territorios en aras de la 'democracia' que tanto quieren imponer como único modelo para el progreso y el crecimiento, y la prepotencia que siempre les ha inflado el ego podrán más que los valores y el empuje del ejemplo de hombres íntegros y valiosos?    
No nos hagamos los tontos porque al parecer, han olvidado algo.
Olvidaron la lucha que sus antepasados libraron para convertirse en una Nación libre y soberana, derecho que niegan a sus territorios.  Olvidaron los principios morales y religiosos que guiaron a los fundadores, olvidaron la institución de la paz y el común bienestar como la base de una sociedad próspera. Han olvidado sus orígenes.
¡Olvidaron que no son dioses!


Irely Martínez Montes
25 de diciembre del 2011