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lunes, julio 19, 2021

Hablando de recuerdos

 Hablando de Recuerdos

Una brisa de lluvia es suficiente

para zurcir los pedazos de tiempo

que echados al olvido se niegan a partir.

Entre imágenes nebulosas llegan

con todas sus verdades,

toda sus alegrías y todas sus penas.


De repente huele a madera mojada,

a corteza de palma tostada de sol,

a lavanda en la almohada...


Las acerolas caen sobre la hamaca,

su zumo mancha la ropa, pero está bien.

Sobre la piel su dulce se amelcocha.


Imposible luchar contra el sueño.

El cuerpo se hace pluma y los ojos,

hinchados de llanto, en dolor mojados,

recorren aquél espacio donde el amor

volvió a la tierra sin pedirse permiso.

¡Ese lugar donde la ilusión se ahoga!


De repente la cámara donde hizo frío,

se vacía de mustias flores plásticas.


Demasiados ojos miran esperando

la hora de saltar sobre los despojos

de espejos rotos y viejos papeles,

y olvidadas muñecas ríen en sus caras.


El musical agasajo de lluvia sobre zinc

marca la hora de orear tejidos y hacer café.


Los niños duermen la tibieza del aroma

sobre algodones limpios, planchados.

El viento quita hojas secas de los floreros

llenos de agua con flores muertas.


No están las manchas, ni está la hamaca.

No hay acerolas, ni está el amor.


Algodón limpio sobre las camas,

espejos rotos, papeles viejos,

brisa de lluvia, café servido, niños dormidos...

¡Pero está bien!


©Rufina