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martes, diciembre 21, 2010

Asi, despeinado...-


Así, despeinado

Aún sin abrir los ojos 
parece que sonríe.
Se estira rumiando como un niño.
Así, despeinado, 
se acurruca jugando,
el marrón de sus ojos se hace denso:
hay promesa en la advertencia.

¡Si vieran que hermoso!
Llama con susurros y exige
su momento especial, la caricia. 
La busca a menudo y...
así, despeinado,
me rinde a sus juegos salvajes.

No gusta de soledades,
se goza de ser querido
y disfruta a los niños.
Así, despeinado...
Orgulloso muestra su pelaje,
casta real en su cruce.

© Rufina