El día anuncia la tormenta,
muerde el frio los huesos,
la humedad se adhiere a la piel,
irreverente, el miedo
hace mella en las ruinas.
hace mella en las ruinas.
Despertando torpes recuerdos
se agolpan las vivencias,
quereres sin ataduras...
se agolpan las vivencias,
quereres sin ataduras...
No existen formalidades
ni timidez estudiada.
Ahora que quiero odiarte,
la mordida del frio sigue
a pesar de que lágrimas
de vergonzosa impericia
cubrieron las verguenzas.
Irreverente cuelga
un tendedero de recuerdos
meciéndose burlón
ante una piel de vivencias,
donde la humedad se torna rio.
Caudal indómito donde los huesos
reencuentran recuerdos,
reencuentran recuerdos,
danzando sobre sus exequias,
abrazados al desconsuelo
mientras no salga el sol.
No habrá reconciliaciones
y la vena desbordada
que pariera frescuras,
será abierta, generosa,
mal que el amor nos pese.
No habrá reconciliaciones
y la vena desbordada
que pariera frescuras,
será abierta, generosa,
mal que el amor nos pese.
Será que la lluvia se acerca
cargada de excesos alguna vez
olvidados por impericia,
vergüenzas, sin existir
formalidades.
Será que regresa la lluvia...
©Rufina
cargada de excesos alguna vez
olvidados por impericia,
vergüenzas, sin existir
formalidades.
Será que regresa la lluvia...
©Rufina