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viernes, diciembre 16, 2011

A un punto perdido

Un momento vacío
donde el fondo de nada
parece que se hunde
y el empeño es más vano
cuando abraza la espera.

La quietud que requiere
entender el espacio
es casi dolorosa
y en medio del silencio
respirar hace ruido.

No se ve nada dentro,
es como estar afuera.
No hay frío ni calor,
no se ve, no se siente...
¡No parece esto vida!

Intentar escucharnos
mas allá del silencio
es seguro fracaso,
como alcanzar los bordes
del cielo tras las nubes.

El negar las verdades
mantiene a quienes quedan
con la clásica idea
de tener bien seguro
su pasaje a la muerte.

Porque son las partidas
dolor indescriptible
que en la piel no se siente,
proceso obligatorio
libertador de karmas.

El abrazar la espera
en el fondo de nada
y a mitad del silencio,
es quietud dolorosa
en un punto del viaje.

Inevitablemente
negarle o aceptarle
es inútil empresa,
perder tiempo valioso
que no cambiará nada.

El final conocido
llegará inevitable
casi como sorpresa,
más vacío y más hondo
que como lo dejamos.

Con todo su silencio
la espera dolorosa
inútil, obligada,
en el centro del viaje
abrazará la muerte.

©Rufina