domingo, diciembre 26, 2010
Al necio
Resguardado el deseo una vez definido
la avalancha de ruido se lanzaba al vacío
y en el cóncavo espacio quedó sólo la idea.
Habían llegado todos los gritos a lo alto
que con indiferencia, procurando el olvido
dejamos en los bordes abrazando el abismo.
Más, resulta imposible ocultar la razón
y tolerar un grito que agudo nos lastime
en afán de imponerse rechazando el fracaso.
Ignoramos la idea creyéndola inservible
y cuando de repente se contrajo el espacio
se fugaron los ruidos, y el grito se apagó.
A pesar de ese hecho algunos no creyeron
y en la insana manía de procurar ventajas
vendieron sus conciencias, propiciando el desmadre.
Quien quiso ser más grande resultó ser la escoria
sus vergüenzas expuestas frente a todos los ojos
al final proyectaron sus necios pensamientos.
Hubo llanto y gemidos, desatinos, histeria...
El caos hizo presa del ruido y del espacio
pero ni así pudieron menoscabar la idea
que refulgente estaba en todos los caminos
absoluta verdad perpetuándolos lastre:
No ha existido necio que escape a la historia.
© Rufina
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