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sábado, junio 04, 2011

De camino sin llegada


Cerca de lo imaginario...
Sobran odios residuales
de una marginal espera
y los sentidos plagados
de inercia adormecida
para que un constante esfuerzo
parezca inútil ensayo
pérdida eterna de tiempo.
¡Y cómo jode esta rabia!

Reafirmadas las verdades
un principio necesario
deshecha toda mordaza
asumiendo la locura
alimentada por fuego
inextinguible en el alma
que con sus manchas de sangre
marca el lugar de la tierra
que aún se mantiene limpia.

 Ruge el horizonte en celo
cubre el negruzco barrunto
la bóveda azul que encierra
víctimas y victimarios
del trasiego de conciencias
del bombardeo de mentiras
de enmohecida llovizna
que jode y sigue jodiendo...
Y los odios reverdecen.

Entre latones, madera
el metal galvanizado
que el salitre no perdona
las promesas derretidas
sobre una silla robada
sobre las puertas, los atrios
esperanzas que se quiebran
como se ennegrece el peltre...
¡Ruge y me jode esta rabia!

Vivir dolido se aprende
al límite de la anchura
de ese lugar del olvido
-conciencia estrangulada-
desgarrada humanidad
de viciados propósitos... 
Sin ojos, oídos y boca
que deshagan las patrañas
para terminar principios.

Aprendiendo sobre esfuerzo
que siempre es insuficiente
intentando entendimiento
que la dignidad no es dada
por gajos en un mercado
la tierra no se estremece 
 por una mancha de sangre
y de mirar el espejo
no cambiará lo que muestra.

Sobre los odios constantes
una estela de neblina
hace que perdamos vista
y ni la clara evidencia 
de cicatrizados golpes
logrará nuestra condena
el desgano que agoniza
se amaña del fuero interno
y nos jode con sus sueños.

¡Cómo me jode esta inercia!
Por no querer no se sabe
por no intentar no se puede
el que no piensa ejecuta
donde llueve no se moja.
Sobre la silla robada
enmohece la esperanza
y los vicios reproducen
con su rabioso rugido.

¿Cómo evitar las patrañas
cuando tienen tanto espacio?
Marginados los sentidos
se borran los horizontes
 en una asquerosa esquina
 nos vendemos como putas
la prisa nos hace locos
comemos la misma mierda
y nos importa qué piensen.

¿Cómo hablarles del dolor
sin ojos, oídos y boca?
Se hacen imaginarios
todo esfuerzo, todo logro
nos colocan etiquetas
con un hierro a vivo fuego
y estática permanece
nuestra mentada esperanza...
¡Ay! ¡Cómo jode esta rabia!

 ©Rufina