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domingo, enero 09, 2011

Un punto y aparte en DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

by Irely Martinez Montes on Sunday, 09 January 2011 at 15:45
Escrito por: César Mella (Cesarm2@codetel.net.do)
República Dominicana

Educación: ¿para qué?

Hurgando en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encuentro que una de las acepciones del término educación es el de crianza.
¿De qué depende que un ser humano sea más educado que otro?
¿Por qué los reyes ponen preceptores e institutrices a sus proles desde el mismo nacimiento?
¿Es la educación un fenómeno netamente conductual que se basa en el volumen de conocimientos adquiridos?
¿Por qué, sea un rico o pobre, mucha gente dice ¡ese muchacho es una dama! refiriéndose a los hábitos y costumbres observados en un jovencito?
La llamada educación escolar, elemental y que va subiendo en grados, edades, destrezas y habilidades transmite competencias y costumbres, centrada en el acopio de conocimientos, habilidades y destrezas... pero eso no es todo.
¿Cuántos profesionales brillantes conocemos, pero que son gente grosera y de muy detestable comportamiento?
Estamos asistiendo, especialmente en la actuación de los adolescentes, a tendencias sumamente preocupantes en donde la relación entre libertad y castigo se confunde.
¿Hace falta un poco más de energía en la crianza?
¿Se hace necesario un poco más de miedo al castigo para controlar conductas indeseables?
¿Es que  están fallando los reforzadores psicosociales?, me refiero, por ejemplo al hecho de premiar desde la infancia las conductas deseables a fin de que se repitan o se fijen como hábitos del carácter.
¿Qué papel juega la moral, la fe, las religiones en el talante cultural y educativo de un joven en formación?
¿Cuál es el rol de las figuras ejemplares? Antes teníamos un abuelo o un tío que nos inculcaba cosas como: lustrar nuestros zapatos, limpiarnos las uñas, cepillarnos adecuadamente los dientes; el odio al tabaco; la prudencia con el alcohol y el respeto a los mayores.
Pero... ¿en dónde están esas figuras de identificación, casi siempre arrumbadas e irrespetadas? "Ese viejo está quedao" se escucha decir con frecuencia a un jovencito quinceañero refiriéndose a su abuelo.
¿Qué es lo que está ocurriendo?

Repasen estos comportamientos:
La forma de vestir.
Los estilos al sentarse.
La higiene personal.
El grado de educación sexual de niños y jóvenes.
El ritual de "pedir la bendición" a padres y otros familiares.
El respeto, en la tradición judeo cristiana, por el padrino, es decir, el ser humano que te bautiza en la religión.
La educación de hábitos ciudadanos: ¿cuánta gente tira desperdicios desde los autos a la vía pública?
El pedir permiso para pasar o el dar las gracias por un servicio.
El ceder el paso o el asiento en un autobús a una dama o a un envejeciente.
El uso del lenguaje hablado y escrito. En las conversaciones ya nadie quiere dejar al otro expresarse, para ello solo tienen que escuchar algunos programas de radio o seguir algunos entrevistadores en la tele.
El resultado final de ese hombre nuevo de que hablaba el médico argentino Guevara de la Cerna, es el resultado de la genética (herencia); la crianza hogareña impartida por figuras ejemplares; la educación escolar y universitaria y en fin toda la influencia de la sociedad, y dentro de ella, los medios de comunicación.
Ojalá que el todo social se regule, se reorganice y no solo se asigne el 4% sino el 100%  de voluntad política y decisión de todos... para construir un nuevo ser humano.


Un punto y Aparte

Cuando me casé con el que sigue siendo mi esposo y padre de mis hijos, hace la friolera de 25 años, me fue muy difícil acostumbrarme a muchas 'actividades' de las que yo jamás tuve idea.  Mi esposo es Dominicano y yo soy Puertorriqueña.
A pesar de lo parecidos que podrían ser nuestros estilos de vida, hasta cierto punto me ofendía la inconsciente desfachatez de las conversaciones, especialmente si en medio de una reunión familiar, a todo tipo de conversación se le añaden frases descaradamente gráficas sobre sexo y adornadas con un lenguaje totalmente soez e inapropiado.  A este punto me he acostumbrado a verlo como algo natural y a veces hasta aporto algo (si es que me toca), pero por experiencia puedo decir que estas 'costumbres' han llegado al punto de convertirse en mal hábito y algunas personas ni siquiera se dan cuenta de lo que dicen en medio de cualquier situación y frente a cualquier persona, independientemente de que la conozcan.
¡No saben las veces que se me ha caído la cara de vergüenza!

A mí me criaron en medio de muchos miedos, represiones y reglas de conducta que seguí hasta que noté que mucho de esas enseñanzas eran inútiles tabúes, y además limitaban mi crecimiento como ser humano.  No olvidé lo que aprendí, pero igualmente aprendí a desechar lo que me lastimaba. En la familia me tildaron siempre de "oveja negra", pues llegó un punto en el que no era capaz de asumir imposiciones, especialmente viniendo de mi padre y durante mi transición de adolescente a joven adulta.  Como Artista, y con un espíritu libre, no podía ser de otra forma.
Sé que luego de tantos años, muchos de los que me atacaban (y hasta los que me admiraban) han entendido al fin mi punto, pero eso no es lo mejor.  Lo mejor es que he mostrado a mis hijos lo bueno de lo que recibí, explicándoles que cuando las abuelas les hablan, deben ser tolerantes, comprensivos, pero sobre todo respetuosos, aunque decidan (ya son adultos) que ellas no tienen la razón y quieran discutirles.
Por parte de mi esposo, ha sido hasta más fácil mostrarles que hablar con convicción, refutar un tema con verdad y exigir sus derechos correctamente NO ES una falta de respeto, sino que al contrario, es la garantía de darse a respetar honrosamente.
No va a dejar de existir en mi vida el "ay, bendito", porque está intrínsecamente arraigado a mi identidad y a mi puertorriqueñidad, pero se le ha ido "fundiendo" el "¡Ofréscome!" (entre otros), para enriquecerlo y perpetuarlo en nuevas generaciones.
La educación y la formación académica son dos cosas totalmente diferentes.
Se refuerzan y complementan una a la otra, son parte integral del buen desarrollo de un ser humano, surgen de una misma base, pero son cada una responsabilidad de entidades sociales independientes.
La familia, núcleo de la sociedad, debe sentar las pautas para una educación formal, de manera que habiendo creado los cimientos, la formación académica pueda seguir construyendo sobre una base sólida e inamovible.

Irely