¿Quién permanece por gusto en la agonía
de conocer que el paso de los días
solo hará más vacía y más amarga
una vida de infierno con las largas
esperas en mil noches sin poesía?
¿No es el amor lo que sostiene
cuando el latido de las sienes
se hace más fuerte y doloroso
en cada encuentro tormentoso
soñando noches de placeres?
Y no es normal a todo el mundo
el amor que se vive sin tocarlo...
Pero es tanto el corazón y tan confuso,
que nada extraño es que profundo
se arraigue una ilusión para llenarlo.
Importante es que la muerte que se espera
mientras no existe una quimera,
desaparece al acto en el momento
de llegar a la vida quien nos quiera,
quien alivie el dolor de los tormentos
y se deje querer de igual manera.
Rufina
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