llega hasta los huesos como garras,
abriendo
rompiendo.
Insensible punzada de tiro certero
sin origen propio o definido blanco,
lacerando espacios, revolviendo hiel.
Su frío expande y su alcance hiende
invadiendo estancias, tumbando bisagras,
destrozando puertas.
Un temblor de labios
y ojos sorprendidos reconocen huesos
perdidos por miedo de tiempos lejanos,
recuerdan
llorando.
Rufina
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