Tiembla la tormentera y silva.
Empuja lluvia bajo las piedras,
destapando las tumbas viejas,
destruyendo ramas, viejos troncos.
El quieto monte ruge la rabia
y ahulla el viento arremetiendo
contra esperanzas: el miedo reina.
Se muerde frío en cercanos cuerpos
suplicando que no extinga la luz.
Semejan ojos de perro triste
esos que miran como venganza
a los caminos que no se extienden.
Ruge la rabia de la impotencia
sobre la fuerza descontrolada
de la miseria que no se apiada.
Tiembla, silva, aúlla y muerde
frío de tumbas, bajo las piedras...
desesperanza.
©Rufina
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