Carpe Diem
No ha de ser una pena, una herida,
un descuido, lo que fije la hora,
el momento preciso, manera y duración
de la entrada al lugar donde todo es la nada
y nuestra humanidad se torna insoportable.
No hará falta la urgencia, deseo de transitar,
apresurar el paso o hacer el menor ruido,
si nada ha de evitar enfrentarnos al reto,
temiendo a la llegada que antes nos jactamos
de poder controlar.
No hará falta tener alas de mariposa
para sentir quemarse llegando cerca al fuego,
ni existirá locura que algo justifique;
alargar junto al tiempo la agonía ganada
es faltar con descaro a las reglas del juego
y aunque no lo aceptemos...
¡es dejarnos ganar!
©Rufina
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