Te soñé, ráfaga inquieta,
esperado remolino
envoltura que arrebata...
Vorágine indetenible
llegando con fuerza al cielo
retabas las tempestades.
Te vi al centro y de costado,
cuando comenzó la lluvia
lavando los desperdicios
de los años solitarios.
Revoltosa ingravidés
te me escapaste del sueno
para inundar mi infinito...
Permaneces imposible,
tu nombre a salto de mata
detenido sobre el miedo
al centro de ese ciclón
que eres: tornado en mi pecho.
-Rufina
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