El desgaste resulta de cada movimiento
en toda coyuntura, músculo o pellejo...
Ese desmembrado cuerpo que ahora te posee,
es un tránsito-espacio que no te pertenece.
Te mueres a diario.
Piensas que estás, inventando el a medias
de noches sin horario donde los gatos cantan
sus odas a la muerte y en los tejados dejan
hediondas feromonas reclamando la pieza
que saciará sus vicios.
Como cualquier humano a la espera del viento
que arrastre los despojos de inútil evidencia.
Como si en el desgaste, su fuerza reafirmaze
la noción inventada de cielo u horizonte...
¡Sólo por no estar cerca!
Se habla de finales, a las metas camino...
Al parecer no importa si se apagó la luz.
No se atiende si acerca, se pierde o esconde;
como sucio pecado se hará más tormentoso
lo que el miedo negó.
Insufrible tortura que inadvertidamente
mancilla tus espacios y devora tu paz.
Ya sin las coyunturas, el cuerpo que posees
se hará de agua y barro, un amasijo amorfo,
guarida de lombrices.
El ósmosis tendrá los tristes remanentes
y el círculo de vida continuará obsequiando
lo que tanto guardaste como especial tesoro.
El morir a diario se convirtió en tu vicio
y olvidaste las metas.
©Rufina
Como cualquier humano a la espera del viento
que arrastre los despojos de inútil evidencia.
Como si en el desgaste, su fuerza reafirmaze
la noción inventada de cielo u horizonte...
¡Sólo por no estar cerca!
Se habla de finales, a las metas camino...
Al parecer no importa si se apagó la luz.
No se atiende si acerca, se pierde o esconde;
como sucio pecado se hará más tormentoso
lo que el miedo negó.
Insufrible tortura que inadvertidamente
mancilla tus espacios y devora tu paz.
Ya sin las coyunturas, el cuerpo que posees
se hará de agua y barro, un amasijo amorfo,
guarida de lombrices.
El ósmosis tendrá los tristes remanentes
y el círculo de vida continuará obsequiando
lo que tanto guardaste como especial tesoro.
El morir a diario se convirtió en tu vicio
y olvidaste las metas.
©Rufina
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