No importó

"Vivir es lo más peligroso que tiene la vida".
~Alejandro Sans - "No es lo mismo"


No importó

No supieron de escucharse, ni de esperas. 
Los estruendosos golpes en las caídas
mientras bajaban empujados del cielo
residuos de carne viva desgarrada
tensiones lastimando inerte músculo
gritos incoherentes, de voz desnudos. 
La muerte no fue opción ni salida
se pudrieron en espera de respuestas
a los ruegos, deshechos por las angustias.

Nunca quisieron asumir las demandas
de los viejos errores arraigados
de lágrimas que no regaron la tierra
de la inercia por los siglos aprendida...
Y no supieron de escuchar las súplicas
todo calló sobre ellos, aplastando las 
últimas esperanzas, de otros y propias.
En la contínua batalla se encontraron
y aquella queja terminó corrompida..

Empujados desde lo alto se negaban
a enfrentar la verdad que algún día vieron.
La muerte no era opción, ni salida
era carne desgarrada en las caídas.
De músculos, tendones fue ignorado
el ardor, nadie se detuvo a escuchar
el grito angustioso de ciega ignorancia 
perdió en guerra inútil sin batallas
no importaron las esperas ni colapsos.
Ni mil cosechas por segar, ni las lluvias
los números más altos en los niveles
del cielo, la razón de sus orígenes
ni el latido del germen que en su estirpe
marcó hasta el color de su amarga sangre.


©Rufina
1ro de julio 2018

PERDIDO

PERDIDO


Dentro de la inmensa extensión
desconocemos cuánto alcanza
la vehemencia en el empeño
de mantener ese fuero inicue
asumido por tercos, perpetuo.

Miles de micro Universos colman
huecos en un cosmos de vastedad
confinada al límite de sueños
perdidos, indefinidos, nulos.

Cada uno en su mínimo alcanzado
vanidad que refuta la anchura.
La imprudencia extiende sus garras
destruye sólidas convicciones.
Asumir sólo es virtud de sabios.

Esa inmensa extensión no alcanza
absurdas metas, risibles ideas.
La sapiencia incumbe a unos pocos
Micro Universos se contaminan 
de torpezas, miedo y desenfreno.

Vanidad que refuta la anchura.
Asumir sólo es virtud de sabios.

©Rufina
marzo, 2016

Se está yendo

Así, con la suavidad con la que cae la nieve esta noche.
Sin prisas. Con una tranquilidad tan impresionante,
que a fuerza, duele.
Tan liviano el tono de voz, que dice nada.
Ha sido tan corto el tiempo, que no hubo espacio
para otra cosa que no fuera dejar las cargas
y el miedo, en ese lugar inexistente que es pasado.

No hay espacio para decidir.

Ha llegado el momento de asumirnos vanidad inútil,

patético entre-acto.

Extensos letargos entre lágrimas que escapan

advirtiendo del dolor.  
No existe una queja.

Dar la cara al fracaso no alarga la vida: la engrandece.
Se siente mayor la impotencia, y nuestra humana miseria
aplasta pretensiones y destruye comienzos.
Porque no hay nada más.
Así, con la misma suavidad con que deja de nevar,
sólo se escucha el difícil respiro de un cuerpo
que se aferra a la agonía dolorosa, al misterio
que desconoce más allá del hoy...
¡A la certeza de regresar al inicio!

Rufina©
2012